Volviendo al Pasado – 6ª parte

Viviane Freitas

  • 4
  • Ago
  • 2015

Volviendo al Pasado – 6ª parte

  • 4
  • Ago
  • 2015

¡Toda la familia junta era un sueño!

Todos nos levantábamos temprano, sobre las 5hs de la mañana, e íbamos a dormir sobre las 8hs o las 9hs de la noche, porque el comercio y las calles a partir de las 18hs se quedan desiertas en África de Sur, en aquella época. La última reunión era a las 18hs.

Todas las noches la familia oraba junta para amarrar el principado, y también hablábamos de algún pasaje Bíblico. ¡Ah qué época!

En esa época no había internet, sólo existían 3 canales de televisión en todo el país, en otras palabras, no había mucha distracción.

A la hora de cenar y del desayuno, era un momento en el que todos estaban reunidos en la mesa. Allí conversábamos sobre las novedades del día a día de la iglesia y convivíamos, disfrutando de momentos familiares maravillosos.

Julio estaba desenvolviéndose en el inglés y también en el ministerio, fuimos enviados a una iglesia llamada Mitchells Plain. Y allí era otro inicio, no podía ir todos los días a la iglesia con él porque tenía que cumplir con otras responsabilidades, y por ser un poco distante, cuando no iba con él, sólo podía ir el día siguiente.

Cuando terminaba mis responsabilidades, me daba un tiempecito por la tarde para ver una novela americana, sólo podía verla cuando estaba en casa, en este caso eran 2 días a la semana.

Pero muchas veces, cuando estaba en la iglesia me quedaba pensando en aquello que podría estar pasando con la novela, mi pensamiento esta siendo llevado a esa distracción, porque aparentemente las cosas estaban bajo control.

Cuando comencé a darme cuenta que la novela estaba quitándome la fuerza de servir más y mejor, decidí “cortarla” de mi vida.

Además de eso, me quedaba muy “atada” o en la dependencia de terceros para poder resolver cualquier cosa en la calle, me quedaba esperando que alguien salga para yo resolver lo que necesitaba, porque donde vivíamos no había transporte público.

Julio los sábados por la tarde me daba clase de conducción, pero él no tenía mucha paciencia; hasta que un día, él me dijo impacientemente: “Vi, ve la forma, porque yo no voy a llevar una maleta sin asa y con piedras a mi lado. ¡Coge el carro y aprende porque ya se ha agotado mi paciencia!” ( Y él se arrepintió profundamente por haber actuado así conmigo).

En realidad, era todo lo que yo necesitaba oír de él para empezar en mi fe, en las conquistas. Como ya no podía depender de él para enseñarme, aproveché los viajes de mi padre para coger el carro y entrenar la conducción, porque el carro de mi padre era automático.

Al comenzar a entrenar solita, iba en la fe, sola. Sólo Dios y yo, estaba en espíritu de oración, y así fue… conducía cerca de casa, llevaba a algunas señoras (No es aconsejable que nadie haga eso) que iban caminando, para dejarlas más cerca. Y así andaba alrededor de casa, cada semana me atrevía a ir a algún lugar.

La 1ª semana que me atreví a salir de la zona de casa, fui al shopping. Cuando llegué, tenía que aparcar el carro, era “gracioso”, me quedaba en espíritu de oración para que Dios me diese una plaza para aparcar el carro enfrente… ¡¿Y puedes creer que lo conseguía?! Aparcaba, resolvía lo que tenía que resolver y volvía.

La 2ª semana me atreví a ir al mercado, y para ir al mercado tenía que descender una sierra donde la carretera era de dos carriles (doble sentido), y la salida correcta estaba exactamente en la curva, donde no veía convenientemente el carro que venía en sentido contrario, yo sólo sé que iba así: “¡¡¡¡Jesús, Jesús, Jesús!!!!” Y giraba la curva, ¡hasta que llagaba al mercado! Pero para salir de allí tenía que atravesar “el sentido contrario” también… iba por la fe. Está vez, sólo oía las bocinas.

En otras palabras, empecé a ejecutar lo que necesitaba vencer, y así, poco a poco, fui cogiendo práctica.

Tuve que vencer mis miedos solita, tomar la iniciativa, osar, conducir incluso sin tener ninguna practica. ¡Yo lo hice por mi fe personal! No aconsejo a nadie a hacer lo mismo, porque di mucho trabajo a los ángeles, me imagino a los ángeles pasando con una “radio” diciendo: “Cuidado con ella; va a cruzar la avenida, sujeta las puntas del otro lado…” jejejeje

Observa que cuando estás dispuesta a alcanzar algo, una impaciencia del marido no te hace negar o mirar con malos ojos la situación, porque en realidad, lo que yo pretendía era alcanzar mi objetivo.

Yo nunca interpreté mal las palabras de Julio, pero entendí que él no quería que yo fuese “limitada” y dependiente de él, o de terceros para cosas insignificantes.

Yo tenía que vencer, tenía que ir adelante, tenía que aprender, que someterme. Y además de eso, tenía que alcanzar la respuesta del objetivo que quería alcanzar, trayendo en las manos este resultado.

Estoy segura de que él me miró con ojos de admiración, no sólo por mi osadía, sino por la fe que yo profesaba.

En estas pequeñas cosas, revelamos hasta que punto creemos o dependemos de Dios.

No aconsejo a nadie hacer lo que yo hice:
*Llevar en el carro a extraños;
*Conducir sin acompañante sin tener experiencia.

El hombre ama cuando la mujer resuelve en lugar de traerle problemas, es esto lo que te permite auxiliarlo.

Serie: Volviendo al pasado

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12 comentários

  1. Buenas tardes Sra. Viviane, ya llevo dos horas en la lectura de su diario, desde la parte 1, voy en la 5, cuán interesante sus experiencias, y la verdad que ayuda, a veces yo pensé : que maraviloso debe ser esposa de pastor, y la verdad que es muy duro enfrentar problemas que jamás tuvo que lidiar, una herramienta muy importante , la fe y en la dependencia de Dios. Gracias. Cariños desde Argentina, Sgo. Del Estero

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  2. Un ejemplo de fe y total dependencia en Dios. A veces pensamos que son en las cosas grandes que debemos usar nuestra fe y depender de Dios, pero es en todo. Este articulo ha sido una verdadera inspiracion para mi. Muchas gracias Sra Vivi.

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  3. Buenas tardes Señora, que fuerte ,es cierto que los miedos nos limitan a lograr los objetivos, pero si uno determina y toma la iniciativa de aprender cosas nuevas para logara todo lo que uno se proponga y no quedar dependiendo de los demas.

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  4. Buenas tardes Sra.
    Una experiencia increíble, gracias por compartirla con nosotros.
    Yo también estoy aprendiendo a conducir y la verdad que no es nada fácil, pero una vez que ya sabes, es bueno porque te da mucha independencia.
    Todavía no obtuve el carnet, pero no voy a rendirme y tengo fe que voy a lograrlo.

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  5. Buenos días Sra Vivi. gracias por compartir su experiencia, me hcizo ver que Dios nos hace pasar situaciones para reaccionar y depender de El, y nosotras somos que decidimos si no quedamos alimentando lo que nos dijerón o tomamos una actitud de fe.
    Buen día.

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  6. En mi vida diaria es algo muy gracioso, teniendo un marido informático, yo no sabía ni subir una foto en el facebook, ni usar el correo electrónico, nada de ordenadores, y siempre terminaba enfadandome con mi marido, porque me enseñaba muchas veces, pero yo al día siguiente otra vez diciendole que me enseñe lo mismo, no aprendía nada. Con los desafíos me costo mucho aprender a coger el ordenador y usarlo, hasta el móvil no sabía usarlo, no sabía ni escribir un mensaje en el móvil…Hasta que un día me canse de la situación, porque mi marido ya no me quería enseñar mas, porque estaba cansado de enseñarme lo mismo y no aprendía, entonces empecé yo misma a travesiar en el ordenador, empece a estar horas y horas, a ir descubriendo yo misma, a ir leyendo poco a poso lo que me decía el ordenador, y fui aprendiendo, también en la iglesia me ayudaron, y es algo increible cuando me explicaba otra persona entendía muy ràpido y se me quedaba todo lo aprendido. Solo Dios me pudo dar la paciencia y la determinación para querer aprender de verdad.

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