Volviendo al Pasado – 42ª Parte

Viviane Freitas

  • 30
  • May
  • 2016

Volviendo al Pasado – 42ª Parte

  • 30
  • May
  • 2016

El estar en un Estado, mejor dicho, en una “región”, era una responsabilidad más que yo tenía
Tenía que dividir el tiempo en ser madre, esposa de Julio y también la esposa del pastor de aquella región.
Yo hacía reuniones semanalmente con las esposas, había día que dedicaba a la necesidad de la iglesia y otros días a la familia y a casa.

El tiempo fue pasando y el tiempo nos hizo conocer mejor a las personas, sin embargo, no siempre lo que está en lo más íntimo conseguimos detectar.

Y llegó el momento de “despedir” a los niños, porque habíamos intentado de todo para obtener la tutela, pero infelizmente no nos fue concedida. Ellos se fueron, mientras que Julio estaba en su día a día en la iglesia, yo tuve que llevarlos al aeropuerto, y pasar por aquella escena que nunca se borró se mi mente. Fue horrible despedirme de ellos y saber que ya no volverían más a mis brazos. Y ellos sin entender nada, fueron acompañados por una amiga nuestra que los llevaría a sus responsables.

Ese día, Luis miró para en llantos, desesperado y empezó a clamar: “¡No mamá! No mamá.” Y allí, yo ya no conseguía decir nada sino dejarlos ir y las lágrimas rodaban. Ya no podía hacerme la fuerte y allí les dejé, sabiendo que yo estaba sufriendo tanto como ellos.

Empezaron a aparecer las pérdidas en mi vida.

Vivía en la misma iglesia y en la misma casa, pero ellos ya no estaban entre nosotros, pasaba todos los días por las habitaciones de los dos. La casa estaba en silencia, el barullo de dos niños jugando, riendo o hablando ya no estaba.

Y todo lo que había dentro de mi era una mezcla de sentimientos, al mismo tiempo que quería controlar todas las emociones que contenía, tenía la responsabilidad de la Obra de Dios y como esposa, que no paró.

El dolor de la pérdida no me dejaba tener el equilibrio en mis emociones, además de esto tenía que tratar también con el dolor de mi marido, todo era muy difícil de llevar.

Oraba, lloraba, clamaba y el dolor estaba allí, caminando conmigo en todo lugar.

Nadie sabía que no teníamos los niños legalizados, estábamos como tutores de ellos mientras que esperábamos alguna manera de tenerlos. Sin embargo, todo este tiempo esperando alguna manera, aparentemente era todo en vano. Parecía que la situación estaba jugando con nuestros sentimientos.

«Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.”
(Rm.8:28)

No entendíamos nada de lo que pasábamos, pero había una creencia en Su Palabra, y creíamos, incluso en contra de aquello que sentíamos y entendíamos.

Debes estar preguntándote: “¿Qué creías en este momento tan horrible?”
Yo creía en las promesas, incluso siendo algo terrible vivir la situación, sabía que Dios haría lo mejor.

Serie: Volviendo al pasado

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7 comentários

  1. Es verdad. Es en las mayores dificultades que nosotros logramos crecer (o retroceder) en la fè. Dios moldea asï nuestro carácter, hay cosas que ahora no entendemos pero todo tiene un propósito.

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