Volviendo al Pasado – 32ª Parte

Viviane Freitas

  • 21
  • Mar
  • 2016

Volviendo al Pasado – 32ª Parte

  • 21
  • Mar
  • 2016

En la época en que estaba teniendo estos problemas con la situación de “mis” hijos, fue en los primeros meses del primer año con ellos.

La época, que cité en el diario anterior, Luis aún no estudiaba, sólo Vera.

Como estaba desarrollando en mi fe durante aquellos momentos dificilísimos, la fe empezó a tener acciones de por mi parte. Comencé a vivir la fe y fui inspirada a ir a la escuela de Vera, al menos para verla de lejos.

Entonces, fui a la escuela a la hora del recreo, y fui bien disfrazada para que ella no me identificase, porque yo tenía prohibido tener contacto con ellos.

Y fui con sombrero y gafas oscuras. Y justo a la hora del recreo, conseguí ver a la niñita de cabello negro, entre las demás niñas.

Fui sin planes personales, sino apenas para verla de lejos.

Y en el momento que vi a Verita, mi corazón empezó a saltar de alegría, pero ella estaba tan distante. Entonces le pedí a Dios: “Dios, haz que Vera venga para este lado, para poder ver de forma más nítida el rostro de ella.” Y de repente, ¿qué sucede? Vera vino a mi encuentro.

Mi corazón empezó a saltar de miedo y recelo: “¡Oh Dios mío! ¿Y ahora? ¡Ella está viniendo! ¿Qué hago?”

Vera estaba en el Jardín de Infancia en aquella época, y como sabéis, existe una verja alrededor del parquecito donde los niños juegan en la hora del recreo. Ella vino hasta la cerca que nos separaba, vino a hablar conmigo. Vera dijo “Hi!” y sonrió. Al verme, ella se dio cuenta de mi, entonces empecé a hablar en lágrima: “¡Verita!” Y ahí fue que vio que era yo, abrió sus ojos y dijo: “¡Mamá!”

Nosotros estábamos allí, creo que un mes sin vernos, y entonces en aquel exacto momento, cuando ella me llamó mamá, ella puso su manita en la verja para poder tocar la mía, y yo también intenté tocar en sus manos, pero la verja era muy gruesa. Estábamos tan felices de vernos, y, en lágrimas, las dos nos quedamos allí, contemplándonos la una a la otra.

Y le dije: “Hija, por favor, no digas que me has visto. ¡Me han prohibido verte!” Y entonces ella dijo: “Mamá, dijeron que tú no eres mi madre, que vosotros no existís…”

Podía ver la desesperación y la agonía de Vera en saber que nosotros no existíamos en la vida de ella.

Las lágrimas rodaban… Hasta que tuve la idea de entrar por el portón para poder abrazarla. Pero increíblemente, los otros niños que estaban jugando, la mayoría de ellos, vinieron y nos rodearon. Nosotras dos abrazaditas, no queríamos a nadie cerca, sólo nosotras dos sabíamos lo cuanto necesitábamos aquel momento tan valioso.

Mientras tanto, les dije a los niños que nos dejasen a solas, y nos abrazábamos y besábamos. Así fue la otra escena dolorosa que viví, parecía la escena de una película, el momento en que nos intentábamos acercar.

Entonces, le dije a Vera que guardase el secreto y no se lo comente a nadie. Y así fue, la siguiente semana aparecía de nuevo, pero con un conejito de peluche. Y le dije: “Vera, vas a llevarte este conejito y vas a decir que una amiga te lo dio. No digas nada más.”

 Después de esto, mis días fueron aún mejores. Obviamente que Dios nos proporcionó aquel momento juntas. Porque yo no fui allí para desobedecer, sino al menos para verla, y Dios me sorprendió con un momento que me marcó.

 Ciertamente esta escena marcó mi vida. Desear estos dos niñitos, como que ningún otro que pudiese sustituirlos… y para añadir el dolor de verlos tan pequeñitos pasando por situaciones tan complicadas. Dios sabía todo.

En realidad lo que tenía que salir mal, fue para bien, porque no hubo aquí ningún interés personal, sino interés por el alma de ellos. Mirando y visando sus almas.

Pero… todo tuvo su proceso, que sólo más tarde comenzamos a entender mejor.

 No dudes, por más fuerte que sea tu dolor, no mires a las circunstancias, porque las circunstancias te hacen ser la víctima, y por más que sea la víctima, esto no te ayuda, porque no hay fe.

 Fe es certeza, y fue por la fe que tuve la oportunidad de sobrepasar momentos difíciles.

Serie: Volviendo al pasado

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9 comentários

  1. SINCERAMENTE QUE SITUACIÓN TAN DIFÍCIL PARA LA SEÑORA VIVIANE PERO GRACIAS A DIOS TENIA EL ESPÍRITU SANTO QUIEN ACOMODO TODO EN EL MOMENTO CIERTO Y APRENDI QUE POR MAS DOLOROSA Y DIFICIL ESTA LA SITUACIÓN DEBEMOS AGARRARNOS DE LA FE PARA SOBREPASAR ESA SITUACIÓN Y APRENDER DE ELLA

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  2. señora Dios sabe en que momento trabajar con nosotros y tiene planes para cada una de nosotras

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  3. Dios conoce nuestros planes para cada uno de nosotros y cada plan toma su tiempo.

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