Volviendo al Pasado – 24ªParte

Volví a Los Ángeles. En otras palabras, 8 horas menos que Lisboa, un largo viaje de regreso a casa, sin embargo decidida, llena de planes y expectativa para la venida de ellos.

Traje mi “si” a mi familia. Y debido a mi decisión, dimos los siguientes pasos. Nos sometimos a la ley para avanzar con el proceso de adopción.

Todo indicaba que saldría bien, los niños ya eran grandes, tenía 3 y 4 años, normalmente las personas que recurren a una adopción escogen bebés.

Entonces nos quedamos a la espera de la respuesta.

Un día, un mes, hasta que…. la respuesta vino: “¡No! Tu inscripción no fue aceptada, no tienes residencia en Portugal, no tienes edad para adoptar, y la suma de edad entre el matrimonio tiene que ser 50 años.” Julio y yo no llegábamos a esa suma.

Imagínate… tanta expectativa, y nada.

Lloré mucho, al fin y al cabo eran ellos quienes yo quería, podría no tener ninguna experiencia como madre, ni edad suficiente para adoptarlos, pero el deseo y certeza de lo que yo tenía para darles era enorme.

El Dios en que yo creía, lo que Él hizo en mi interior no podría quedarse solamente para mi. Al fin y al cabo, recuerda que yo no tenía ninguna función de cuidados más que con el pueblo, por eso los niños eran una oportunidad de poder hacer algo a alguien necesitado.

Además de esto, dentro de mi nació una indignación. Indignación por saber que hay tantos niños sufriendo, y cuando hay alguien para darles lo que muchas familias no tienen ¡es negado!.

En aquella época del “campeonato”, yo hablaba con ellos prácticamente todas las semanas, y ya se estaba formando un lazo, un cariño, y en mi ser, amor por ellos.

Yo nunca adopté a Luis y a Vera con todas las condiciones legales, pero tuve la oportunidad de tenerlos por un periodo de tiempo.

Estuve como la madre de ellos. Yo era quien los llevaba a la escuela, a los médicos, etc. Les daba toda la asistencia, y así fue así durante 3 años con la tutela de ellos.