Volviendo al Pasado – 66ª Parte

Viviane Freitas

  • 20
  • Dic
  • 2016

Volviendo al Pasado – 66ª Parte

  • 20
  • Dic
  • 2016

Aprendí, desde hace algunos años, que el Altar es el secreto para tener estabilidad en mi vida espiritual, pero siempre ocurrían imprevistos y terminaba siendo llevada por los quehaceres.

Pero, siempre estaba ahí, volviendo al inicio del secreto de la Fe. Y eso siempre trajo buenos resultados para mi fe y también para mi comunión con Dios. No aprendí eso por oír, sino por practicar. La práctica, es lo mejor, la necesidad que yo veía en mi, hacia con que yo cosechase un buen resultado de eso.

Por eso siempre intentaba llevar esa conciencia a todas las esposas que trabajaban conmigo. Pero comenzó, más precisamente, por Inglaterra. Al principio, yo lo hacía sola, después con el tiempo llamé a las esposas que estaban en la sede o estaban en las iglesias más cercanas, diciendo que si ellas quisieran y podían venir. Lo haríamos bien temprano, por la mañana, creo que comenzábamos a hacer una lectura bíblica a las 6:00 de la mañana, en el Altar de la iglesia de lunes a viernes. Esos días aprendíamos siempre cosas maravillosas, pero parece que todo lo que yo percibía, todavía estaba muy lejos de concretizarse, porque la sed que yo tenía; no significaba que las demás también la tuviesen.

Sobre todo hasta que ellas entendieron que no era obligatorio, ni para agradarme o para cumplir algún ritual con la religión, de cualquier forma las circunstancias no me paraban. Continuaba y traía aquella maravilla para mi ser, yo hablaba de forma que llamaba la atención de ellas, y comencé a ver que una de ellas destacaba.

Una esposa de pastor que no hablaba portugués, pero ella quería tanto, que no perdía un solo día. Ella estaba todos los días, y era una de las primeras en llegar, con el tiempo fui viendo de alguna forma que algo acontecía dentro de ella, nunca llegué a hablarle; pero, desde lejos la observaba.

A mí siempre me gustó tener la oportunidad de llegar a Dios, de oír y de traer Su palabra notoria a la vida de las personas y principalmente a la mía, pero no siempre percibía ese interés en las personas; percibía que muchos tenían conciencia de la palabra de Dios, hacían las cosas mecánicamente, pero había poco interés de ser tan llegados a Dios.

Hice varios momentos de lectura así, en Inglaterra, y aún así; mi cuerpo luchaba constantemente con el horario y con el cansancio físico.
Pero eso era y es hasta el día de hoy, una necesidad mía.
En la oportunidad yo estaba entregando mi máximo en el Altar, recibí un e-mail de mi padre pasando un mensaje que hasta el día de hoy habla conmigo.
El mensaje hablaba sobre la fe inteligente, yo lo guardé como un tesoro, porque el mensaje me hizo ver lo que realmente es la fe.
Mi padre hablaba de una forma que penetraba en lo más profundo de mi ser, lo voy a poner aquí:

3.1. LA FE INTELIGENTE

La Fe Inteligente envuelve no sólo la meditación y práctica de la palabra de Dios, sino que también cobra respuesta y cumplimiento de sus promesas. Está relacionada al raciocinio y a la capacidad de juzgar, evaluar, pesar, en fin; verificar la finalidad de la propia fe.

Lo más interesante de este tipo de certeza es su rechazo de aceptar la idea de que el bien y el mal tienen el mismo origen. ¿Cómo admitir que una fuente rebosa agua dulce y amarga al mismo tiempo? ¡No tiene sentido, desde el punto de vista racional inteligente!

Pero la fe emocional ni siquiera cuestiona tal aberración. Y es cuando es requerida, busca argumentos filosóficos para sustentar su tesis.
El problema es que la fe emotiva no encuentra poder para combatir el mal y entonces lo admite como algo natural, e inherente a la vida. Como muchos dicen: recibimos el bien de Dios; ¿no recibiríamos también el mal?

La fe emotiva habla sobre el sentimiento natural de certeza humana, es circunstancial porque depende del momento. Si este es propicio, entonces ella se presenta fuerte, pero si las circunstancias son contrarias entonces, la fe natural se evapora.

La mayor y más significativa diferencia entre la fe racional y le motiva está en la disciplina, mientras que ella se somete a la disciplina del Reino de Dios, esta – por su propia naturaleza rebelde – no se adapta a las reglas. Por eso, la fe motiva no da acceso a las mismas conquistas de la fe sobrenatural.

Podríamos comparar la fe emotiva al camaleón que dependiendo del lugar donde esté, se puede camuflar con su color. O como el “chuchu” y que absorbe fácilmente el sabor de la carne, del pescado o del pollo. Ya el “jilo”, no. Si se cocina con carne, pescado o pollo, o camarón, él siempre mantendrá su sabor amargo. Así es la fe emotiva. Se comporta de acuerdo a las circunstancias del momento, porque está asociada con un corazón engañoso.

Este mensaje vino en el momento en que la fe estaba quemando en mi ser, y testificó en mi espíritu. Más tarde este mensaje vino hacer parte del libro «la voz de la Fe» de Obispo Macedo.

Ese mensaje alegró mi ser, seguía cumpliendo con mis responsabilidades y construyendo algo, y más tarde vino la respuesta que tanto deseaba. Seguid acompañándome y veréis lo que aconteció. ¡Casi está llegando!

Serie: Volviendo al pasado

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