Volviendo al Pasado – 63ª Parte

Volviendo al Pasado – 63ª Parte

Aquella oración definida e inteligente cambió mis reacciones. No es que yo estuviese “sobre esforzándome” para cambiar, sino que la decisión de mirar para la fe, y para aquello que yo creo me hizo visualizar a los sentimientos como enemigos, algo que poco a poco fue tomando cuenta de todo mi ser. Creció un odio, un verdadero odio en contra del sentimiento. No un odio en contra de mi, ni de la situación, porque sabía que independientemente de la situación o de aquello que yo vivía, yo tenía el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo no me fue dado para vivir frustrado para vivir derrotada, Aquel odio del sentimiento, me hizo estar alerta, en mi día a día en contra de los sentimientos.

Entonces surgió una situación… como mi hermana se iba a ir, todas las esposas que la conocían de cerca sufrían con su ida fuera del país. Y una de las esposas me dijo: “Mira Viviane, yo no voy a bajar para despedirme de Cris, sino voy a llorar.”

Y antes de contarte mi respuesta, tiene que saber que yo estaba en un “pozo” de sentimientos. Y todo a mi alrededor se volvía muy difícil de resolver.

Una vez hice el programa “Cosas de Mujer” para despedirme de mi hermana, y sólo lloraba. Ni recuerdo mi dedicatoria porque lo que me marcí fue mi emoción, ni siquiera conseguía completar la frase, de tanto que lloraba. Para mi fue una vergüenza; no la vergüenza de saber que sentiría falta de ella, sino la vergüenza por la fe que yo profesaba.

Entonces, todo mi “cuadro” estaba delante de mi: Mi conducta, mis reacciones, mis conflictos, a Palabra de Dios que estaba recibiendo. Y entonces… ¿dónde estaba mi fe? ¿y el Espíritu Santo? ¿dónde estaba el todopoderoso en mi vida? ¿dónde estaba mi ofrenda? ¿mi creencia viva? ¿mi fe? ¡¿mi devoción?!

La fe nos trae sentido de responsabilidad de cumplir, como también de honrar. Si yo cumplo, yo obedezco y todo sale bien. Si yo no cumplo, no obedezco y deshonro a Aquel que me reveló la fe. Este sentido de responsabilidad nos permite asumir nuestros fallos, y nos hace estar atentas a todo lo que estamos presentando.

Como sierva e hija no quiero traer apenas problemas para que Él solucione, sino que quiero honrarlo con mi vida. Por eso el odio en contra de los sentimientos que estaba viviendo, era consciente de que mi ofrenda no estaba honrándole.

Ahora ¡imagínate a ti identificando esto, y ser indiferente! ¿no sería una forma de cuestionar tu propia fe o incluso el bautismo con el Espíritu Santo?

Bueno, gracias a Dios que la fe me fue revelada y lo detecté al instante, la falta de calidad en mi ofrenda.

¡Y es por eso que ahora vais a quedaros en shock! Porque cualquier cosa que amenaza mi fe, o me hace tolerar el error después de ser consciente de mi situación me transforma en un “toro” contra aquello que me debilita. Fue cuando le dije a la esposa:

“Mira, ¡yo no voy a llorar cuando mi hermana se vaya!” (Ya tenía odio de lo que me hacía débil y también odiaba lo que ella estaba viviendo. No ella, sino el sentimiento que nos hace “presa”).

Y la esposa se quedó callada. Entonces dije: “¿sabes por qué?” Ella me respondió: “No” Entonces le dije: “¡Por qué Moisés murió!”

Cuando dije esto, no quería decir que mi hermana estaba muerta. ¡Está amarrado eso! Sino porque yo tenía que mirar hacía delante, y no quedarme apegada o sintiéndome inferior o pequeña, delante de aquello que Dios me dio como responsabilidad. Y quería que ella hiciese lo mismo, y no que estuviese viviendo como yo estaba viviendo también. El odio ahora era una fuerza en contra del pecado que yo había presentado a Dios. Y cualquier persona en que yo identificase ese mal, yo “avanzaba” en la fe, como un “toro”.

¡Y es gracioso esto! Porque la fe te es dada, la fuerza, la determinación, la corrección contra aquello que te hacer actuar contraria a la fe son inmediatas, esto es cuando estas definida en tu fe, y consecuentemente en tu oración. No puedes ser débil y estar durante años sin una definición en tu fe. Porque Dios nos dio inteligencia, justamente para medirnos, para verificar lo que es real en nuestra vida. Esta inteligencia, o está fe inteligente no se apoya en el hecho d ser bautizada con el Espíritu Santo, presuponiendo con esto que todo saldrá bien. Si yo no vigilo, no puedo seguir adelante.

Serie: Volviendo al pasado

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*