“Por eso, decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?
Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y no comencéis a deciros a vosotros mismos: «Tenemos a Abraham por padre, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.
Y también el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.
Y las multitudes le preguntaban, diciendo: ¿Qué, pues, haremos? Respondiendo él, les decía: El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Entonces él les respondió: No exijáis más de lo que se os ha ordenado.
También algunos soldados le preguntaban, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y él les dijo: A nadie extorsionéis, ni a nadie acuséis falsamente, y contentaos con vuestro salario.” (Lc.3,7-14)
Lo que leemos en las Escrituras es lo que sucede en el día a día, las multitudes que venían para ser bautizadas eran las que Juan definía “como raza de víboras”
Leer más
Por Viviane Freitas | Faça o seu Comentário