Volviendo al Pasado – 53ª Parte

España fue un lugar de aprendizaje, pero de muchas lágrimas.

Todo lugar en el que aprendemos mucho, lo amamos mucho también. Siempre que la iglesia estaba desarrollando, los medios de comunicación nos atacaban. Es obvio que hay un motivo detrás de todo eso, pero en esas luchas diarias, íbamos aprendiendo a manifestar la fe y madurando en nuestro interior. Y por causa de esas dificultades, aprendíamos cosas que jamás íbamos a aprender sino sucediesen.

Y fue en España, donde comencé a hacer las cosas que nunca había hecho. Manifestar la fe de una forma desafiante, no aceptaba tener apenas un título de una esposa de pastor y no hacer nada en función de eso. Quería mucho ganar almas, pero ¿de qué forma podría yo ganar almas? ¡¿Cómo?!

Fui prestando atención a la situación en mi alrededor, fui invirtiendo en aquello que veía debilidad. Veía en muchas áreas, pero me concentraba en traer a la existencia resultados, a través del trabajo que hacía:
Hacía reuniones para las obreras y también para las esposas de pastores; evangelizaba en las calles. Trabajaba en algunas reuniones.

Pero incluso manifestando mi fe, aún faltaban resultados satisfactorios. ¿Por qué? Porque ciertamente había mejoras en el trabajo, pero no revolución.

Claro que revolución de es de un día a otro, no era ese el resultado que  esperaba, sino que algo se multiplicase.
¿Cómo? Trabajo de calidad en alguien, y de esa persona otras personas. Así yo lo esperaba, entonces trabajaba intensamente, bajo mi punto de vista, en las reuniones. Pero nada de lo que yo esperaba, o mejor, creía, acontecía. Tenía que haber algo más.

En el próximo artículo voy a  hablar como empecé a actuar, para provocar algo.