Volviendo al Pasado – 11ªParte

Viviane Freitas

  • 15
  • Sep
  • 2015

Volviendo al Pasado – 11ªParte

  • 15
  • Sep
  • 2015

Nueva York, sinónimo de más aprendizajes.

La Iglesia en inglés estaba yendo bien, pero enseguida vino un pastor para sustituirnos y fuimos a la sede.

Yo vivía a 1 hora de distancia de la Iglesia, vivía con mis padres nuevamente, al principio teníamos que coger transporte público para llegar a la Iglesia, mi madre llevaba prácticamente todos los días a Julio hasta el tren.

Todos los días preparaba el taper de Julio para la comida, a veces iba temprano, por la mañana con él, y allí trataba de cuidarle y a veces preparaba la merienda para todos los pastores de la sede, era muy agradable el hecho de dividir la comida y de aprender las cosas que nos eran transmitidas.

Allí, en medio de la lucha del día a día de la iglesia, empecé a querer hacer algo más para Dios, pero sinceramente no podía ver lo que podría ser hecho, simplemente el hecho de ir a la Iglesia no era suficiente, también quería ser útil allí.

Dentro de lo posible, servía con alegría a los siervos de Dios, pero la Obra no consiste apenas en dar de comer, ¡sino en salvar!

Y era y aún es ese llamado que siempre arde dentro de mi ser.

En aquella época la “esposa” no trabajaba en las reuniones, trabajaba sólo ungiendo, orando junto algún grupo de oración, pero aquello para mi no era suficiente, yo quería algo más.

Mi madre hacía algunas reuniones de esposas, y hubo una reunión de la que nunca me olvido, en la que ella leyó algo que guardé bajo “7 llaves”.

Pv 6:6-9

“Ve, mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos, y sé sabio. La cual sin tener jefe, ni oficial ni señor, prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento. ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? “

Mi madre, a través del Espíritu Santo, estaba diciendo que no podíamos depender de nadie, que teníamos que considerar nuestros caminos y ser sabios. No podríamos depender de reuniones para estimular nuestra comunión con Dios. Teníamos que depender de Él, estaba hablando de la comunión que teníamos que tener y no ser perezosas para buscar esa comunión.

Bueno, yo estaba a “caza” ¿cuál era mi papel?

Estaba buscando entre las esposas de pastores, para de alguna forma tener algún consejo, buscaba aliarme o ser amiga de aquellas que tenían experiencias con Dios y hablaban de las cosas de Dios; algo que yo incesantemente buscaba: Buscaba la respuesta de cómo servir mejor.

Y la respuesta no vino al instante, tuve que “cazar” y siempre estar a los pies de Jesús.

Mientras que venía la respuesta, busqué encontrarla, oyendo la voz de Dios.

Mi llamado no era que ahora, una vez casada, ayudaría a mi marido para ser bendecido, la cuestión no era que seamos bendecidos, sino realmente ser útiles para Dios.

El mensaje que mi madre transmitió me dio un consejo muy especial, que jamás olvidaré, me hizo entender que si yo quisiera ser útil para Dios, no tendría que depender de ninguna reunión y de nadie, tendría que encontrarlo por mi misma, y esa búsqueda fue buena, porque nosotras conseguimos lo que queremos, cuando somos insistentes en aquello que queremos alcanzar.

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14 comentários

  1. Todo depende de nosotras, cuando necesitamos o queremos algo, claro siempre buscando en Dios la dirección y sabiduría, y nos proponemos lo conseguimos, todo esta en como nosotras pensemos y actuemos.
    Buscar esa dependencia única en Dios.

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  2. La palabra de DIOS nos muestra claramente a no depender de nadie en todos los sentidos y mucho mas en la obra de DIOS, y a no ser acomodada perezosa, porque es eso que no nos dejara avanzar en aquello que queremos alcanzar.

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