Cuarentena – Dia 35

«Y también con muchas otras exhortaciones Juan anunciaba las buenas nuevas al pueblo. Pero Herodes el tetrarca, siendo reprendido por él por causa de Herodías, mujer de su hermano, y por todas las maldades que Herodes había hecho, añadió además a todas ellas, ésta: que encerró a Juan en la cárcel.
Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras El oraba, el cielo se abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.” LC.3 :18-22)

La fe exige sacrificio y renuncia. Es algo independiente de los pensamientos de terceros.

Observa como Juan fue valiente, audaz y atrevido, después de haber reprendido al propio Gobernador, ¡sin miedo! A pesar de haber pagado el precio, no le impidió mostrar la verdad a Herodes.

Vemos también el caso del Señor Jesús, que se sometió al bautismo … Quien, cuando oraba, se abrió el cielo.

Cuando una persona se somete obedeciendo y usa la fe, independientemente de quien quiera que sea o de lo que los otros puedan pensar o decir se vuelve «justo» porque el «justo» vive por la fe…

El Señor Jesús nos dio ejemplo, no considerándose superior a nadie sino siendo justo.

Hoy sabemos – que aún sin motivo – al oír sobre Juan el Bautista predicando el bautismo en las aguas, que no se lo pensó dos veces, y lo hizo, resultado de una fe exclusiva en Dios. Y eso hizo con que Dios en los cielos, Lo pronunciase como Hijo amado, permitiendo que el Espíritu Santo descendiese sobre Él.

¿cómo llegamos a ser personas irresistibles para Dios hasta el punto de darnos Su Espíritu?

Cuando actuamos por nuestra fe y dependemos de la misma.

Nosotros no actuamos de acuerdo con la dirección de los demás, ¡sino de acuerdo a lo que creemos!

El Señor Jesús pagó el precio de la fe, ¡pero no se quedó solo! Dios hizo cuestión de decir públicamente que Él era Su Hijo amado.

Si a Él le importase la opinión de los demás, nada de esto hubiese pasado. Pero porque fue solo, no le importaron las terceras personas y usó la fe, entonces el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre Él

Y así será contigo, amiga: Cuando asumes tu fe y actúas independientemente de los demás de acuerdo a s

tus propias creencias, Dios no se quedará indiferente, sino que manifestará su poder.

Me acuerdo de un episodio, en que por la mañana ,bien temprano después de orar a Dios y meditar en Su Palabra, hice una lista de cosas que deseaba cambiar. Entre ellas controlar mi Alimentación.

Aún así, al final de aquel día comí lo que no debía: ¡un trozo de tarta! Decía: “Es apenas un pedacito.“ Pero, poco a poco fui comiendo…

Quiero decir: Yo hablé, y de lo que había dicho por la mañana … ¡Cómo si no hubiera pasado nada!

Entonces fui a la reunión indignada con esta situación: “¡¿Cómo puedo meditar en la Palabra de Dios, hago una lista, tengo conciencia de mi error, y aun así, me dejo dominar por mis deseos!?”

Mi marido predicaba en aquel momento sobre quien no practicaba la palabra de Dios, llamando al frente a las personas que hacían esto, entonces ¡espontáneamente me levante!

De inmediato vino aquella sensación: “ tu eres la única esposa de pastor….” Y, con odio de aquella voz, pensé; “es verdad, no practico la palabra de Dios, mira lo que aconteció hoy…”

Pero, cuando fui al frente, parece que el cielo se abrió para mí. La presencia de Dios era tan fuerte en aquel día, que yo Salí diferente…. ¡Fue muy Especial!

Y se aconsejó a todos que se bautizaran en las aguas…

El sábado, ahí estaba yo, bajo la mirada examinadora de la obrera que nos ayudaba …

En el momento en que el pastor repartía las batas “ME DI CUENTA” de la forma en que yo estaba…. ¡Hablé con Dios, me bauticé y al salir de allí, vencí!

Hoy ya no soy dominada, y no apenas por la comida, si no también por toda aquella lista, ¡vencí por que asumí!

Existen ciertas cosas que no vences porque no las asumes; no quieres encararlas…..

Pero ¿cuál es tu verdad? ¿En qué situación estás viviendo? ¡¿No es esta?!

Entonces asúmela, ¡porque cuando la asumes Dios no se queda indiferente!

El cielo se abre y el Espíritu Santo desciende sobre ti, dándote fuerzas para vencer aquello que no conseguías dominar.

Y tenemos que quedarnos solas para volvernos personas responsables de nuestras actitudes. No llenas de emoción, sino de una fe inteligente.

Dios se agrada de las sinceras, de las que buscan la Verdad. ¡Y eso es lo más importante!