Cuarentena – Dia 27

“Y los padres del niño estaban asombrados de las cosas que de Él se decían. Simeón los bendijo, y dijo a su madre María: He aquí, este Niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción (y una espada traspasará aun tu propia alma) a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.” (Lc.2:33-35)

¡¿Y no es verdad?!

Cuando oímos y vemos un hombre de Dios siendo usado por el Espíritu Santo, ¿no nos quedamos admirados por su palabra?

Así ocurrió con el padre y la madre del Señor Jesús, Simeón era conducido por el Espíritu Santo; por eso, era osado… bendijo y profetizó acerca del Señor Jesús…

“He aquí, este Niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción…”

Puedes fijarte, Simeón no pronunció apenas palabras positivas; que agradasen a los oyentes… Él era movido por la fe racional, por eso se nombró la “caída”, que acabaría con la religiosidad y la hipocresía de aquellos que se basaban exclusivamente en “rituales”, pero llevaban una vida de engaño.

También se refiere que el “niño” estaría destinado…

Cuando el Señor Jesús actúa en la vida de cada una de nosotras, Él arruina ( hace que caiga) el pecado y el engaño. No solo nos levante de la frustración; de la pobreza o nos concede la cura, sino que destruye nuestra naturaleza pecaminosa y nos muestra, a través de Su Palabra, la Verdad que nos libera.

Existen muchas personas dentro de las Iglesias, viviendo una vida de apariencia. Y ¿por qué?

Porque toleran su pecado; aceptan cosas que no convienen e injustas porque no quieren sacrificar, y por eso no aceptan que el Señor Jesús trabaje en su interior.

A veces, incluso oyen la Palabra de Dios; se llenan de conocimiento, pero no la viven, no practican estás enseñanzas. Y esto podrá convertirse también una ruina en su vida.

¡La Palabra si no se práctica, mata!

Pero el Señor Jesús también levanta a los “ de Israel”… Igual que hoy en día, dentro de las iglesias hay personas frustradas, caídas, que necesitan ser levantadas por el Señor Jesús.

Y, por donde Él pasa, ¡hace una revolución! Por eso hay personas que lo consideran una contradicción… Porque no transmite algo común o cómodo para todos, ¡sino que trata de hacer un movimiento dentro, y alrededor de cada uno!

“…y una espada traspasará aun tu propia alma…”

El alma es donde residen los sentimientos, y es la que necesita ser salva, porque es donde el pecado se genera…

¡¿ Te acuerdas, que sentir es lo que nos hace pecar?!

Por otro lado, la Palabra de Dios nos lleva a tomar actitudes racionales, que nos hacen dejar de sentir, para vivir en la práctica de una fe inteligente.

Cuando esta Palabra se práctica con osadía y determinación, los sentimientos que la pretendían dominar, son “cortados”. Y esto no deja que te quedes frustrada; viviendo basada en el pasado, o siendo dominada por situaciones actuales.

Amiga, si quieres “afirmarte” y confiar en esta Palabra, jamás serás la misma…

Cuando la Palabra de Dios traspasa la vida de una persona, esta tiene realmente conocimiento del verdadero estado en que se encuentra…

Cuando la Palabra penetra en tu alma, entenderás de forma racional, la manera de no tolerar más los mismos errores.