Cuarentena – Dia 30

«Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.» (LUCAS: 2, 41-47)

Los padres del Señor Jesús todos los años conmemoraban la fiesta de la pascua,

que significa la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.

Cuando el Señor Jesús cumplió doce años, fue con sus padres, pero terminados los días de la fiesta, permaneció en Jerusalén.

Normalmente, después de una fiesta, la reacción normal de alguien es querer rápidamente volver a casa. Pero, esto no sucedió con Él. ¿Por qué?

Por que él estaba envuelto con algo suyo, “Mundo” que era la Fe, aprender las cosas del Padre.

De esta forma, no pensó “dos veces” el permanecer allí, aunque sus padres se regresaran temprano, pensando que estaría con ellos.

Aunque era un niño, Jesús actuó como una persona definida; aprovechó su oportunidad, en aquel momento, en Jerusalén.

Así es al respecto a mi fe y mi relación con Dios, no existe familia, costumbres, edad o cultura, que pueda separarme de este lazo.

El objetivo del Señor Jesús no era apenas la celebración, a pesar de su gran valor en aquella época. Sino su deseo de estar en la casa del Padre; y aprender a llenarse de sabiduría.

«Después de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.»

Tenía un objetivo…. Jesús no estaba allí para mostrarnos su “santidad” sino por que había un interés de oír y preguntar.

Cuando buscamos agradar a Dios, no tenemos vergüenza de aproximarnos, ni a los “doctores” , como hombres y mujeres de Dios porque ¡nuestro objetivo es más elevado de aquello que sentimos!

Y ahora la pregunta es: ¿cuáles son tus intereses? ¿En qué te basas para alimentar tu espíritu? ¿ te interesa aprender? ¿estar cerca de aquellos que pueden alimentar tu fe o no?

¿Apenes estás preocupada con la “fiesta” , con las distracciones que te rodean

y cosas vanas?

Jesús tenía apenas 12 años y ya estaba perfectamente definido .

Lo mismo se aplica contigo: que tienes muchos o pocos años de Iglesia;

si te estableces y buscas tus intereses independientemente de los otros .

Incluso los de miembros de tu familia que están siguiendo el mismo camino.

Jesús no siguió ejemplos de nadie, porque el tenía su propio objetivo: quería

aprender, oír….

Y quién realmente quiere oír y aprender, ¡se desenvuelve, sin miedo, con un objetivo definido!

Para lograrlo, debes estar dispuesta a pagar un alto precio como el Señor Jesús que se quedo cuatro días sin sus padres.

¿Y su alimentación? ¿Dónde dormiría? ¿Que sucedería mientras tanto?

El tenía un objetivo mayor que sus propias necesidades.

¿Y tú? Amiga, debes darte cuenta de lo que ha sido mayor en tu vida:

¿tus necesidades, tu refugio, tus amigos, tu zona o estar atenta a la voz de Dios?

“y todos los que le oían estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas”

¿Por qué el Señor Jesús tenía inteligencia y respuestas?

Recuerda que el se desenvolvía; crecía en sabiduría. Y esto se debía a la

Práctica de la palabra de Dios….

Cuando practicamos, tenemos experiencias, pero si no lo hacemos, lo que sale de nuestra boca son meras palabras. ¡Será inmadurez!

La práctica nos hace transmitir vida por medio de nuestras palabras.

La obediencia no es para todos…pero aquellos que se separan, que se escogen, ¡hacen la diferencia!.