Cuarentena – Dia 31

“Cuando sus padres le vieron, se quedaron maravillados; y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Entonces El les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre?
Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho. Y descendió con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. Y su madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.” (Lucas 2-48-52)

Podemos ver claramente que el Señor Jesús era independiente de sus padres. Para Él era natural estar en la casa de Dios.

Ese era su lugar, con el que se identificaba.

Aunque no hubiese lugar para la falta de respeto con sus padres, sin embargo referente a la fe no cabría a nadie interferir.

María guardaba todas estas cosas en el corazón.

Relativamente, María siempre hace referencia a este aspecto ¿pero por qué?

Porque meditaba; vivía mediante una fe racional y no emotiva.

No era por ser responsable del Señor Jesús que tendría la razón.

Incluso cuando era un niño, Sus palabras no eran cualquier palabras ….. ¡tenían peso!.

Cuando recibimos una palabra de vida, de forma natural surge el temor porque la razón exige respuestas. Y así se evalúan todas las cosas a los ojos de la fe.

Es muy importante que hayas participado de esta cuarentena porque así puedes estar alerta y preparada para la venida del Señor Jesús.

¡Quien vigila tiene temor! Queriendo dar algo al Señor Jesús que lo glorifique y lo honre, por eso esta alerta y atenta a sus actitudes.

“Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”.

Gracia significa favor, benevolencia. El Señor Jesús se ganaba el favor a través de su temor; por su forma de ser.

A veces luchas para ganar credibilidad, para que las personas te respeten y acepten, pero la verdad deberías ganar la gracia y el favor no sobre presión o de manera forzada sino naturalmente …

A través de tu celo hacia Dios.

Si prestas atención a la historia del Señor Jesús , incluso cuando era niño, te darás de cuenta que Él estaba siempre dispuesto a aprender, ¡preguntando incluso a los entendidos! No se hizo el Todopoderoso: “ Yo no necesito aprender porque soy el Hijo de Dios”; “Voy a recibir el Espíritu Santo enseguida…”; “Voy a esperar mi tiempo…”. ¡No!

¡Una de las características de las personas que son de Dios es aprender con humildad y por lo tanto alcanzar gracia ante Dios y ante los hombres!

A veces la gente quiere crecer en gracia y en sabiduría, pero no se aplican, no se entregan…

¡La sabiduría viene para aquellos que realmente quieren ver a Dios en su vida, para aquellos que están dispuestos a practicar!