Cuarentena – Dia 21

Viviane Freitas

  • 11
  • Feb
  • 2013

Cuarentena – Dia 21

  • 11
  • Feb
  • 2013

“…para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pies en el camino de paz.Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.” ( Lc.1: 79-80 )

Cuando Dios hace referencia en “ dar luz a los que habitan en tinieblas”, se comprende en algo oscuro. Y ¿a que podemos compararlo?

A nuestra alma, que se revela igualmente “oscura”, cuando no entendemos nuestros comportamientos o cuando actuamos de una forma que nosotras propias desaprobamos.

Quien yace en tinieblas, en oscuridad, significa que no tiene ánimo, ni siquiera para abandonar su estado; su debilitante y degradante condición. Porque no ve esperanza. Está todo oscuro, sin dirección… sin una única “luz”.

La sombra de la muerte, sugiere que hay una fuerza, una presión que incita al precipicio.

Tu y yo, en este momento, estamos siendo iluminadas en las tinieblas… ¿Entiendes eso?

Dios esta iluminándonos en relación a los errores que podamos estar cometiendo.

Dios, con su Palabra y su Espíritu, nos ilumina

Déjame que te diga algo: Yo no estoy “perturbada”, pero aún tengo muchas cosas para descubrir, no esta todo perfectamente aclarado. Hay situaciones que me faltan descubrir como resolver.

Y a veces, nos quedamos algo frustradas, porque no sabemos como actuar…

Pero la luz de Dios funciona para todas nosotras, que reconocemos que precisamos de la misma, para iluminar a nuestros caminos.

Dios me da la luz, a partir del momento en que la busco. Esto es, porque asumo mi deseo y dependencia, en relación a Él.

¡Porque yo no soy perfecta!

En cuanto esté en este mundo, tendré imperfecciones.

¡Hasta el momento en que mi cuerpo fuera glorificado, no deja de ser un cuerpo lleno de fallos y errores, que me hace necesitar de esa luz, constantemente!

Normalmente, las personas entienden por estar “en tinieblas” como si fueran endemoniadas… ¡pero no! Se refiere también a aquellas que necesitan una dirección, la luz, para orientarlas en todo momento.

Por ejemplo: A veces, atravesamos situaciones que aunque no nos dejan tristes y abatidas, continúan son resolverse. En este momento, necesitamos una dirección, una luz, ¡para que nos conduzca a la solución!

“El niño crecía y se fortalecía en espíritu”

¿Qué es nuestro espíritu?

El intelecto, lo que nos permite pensar.

Cuando desenvolvemos la forma de pensar en sentido a nuestra fe, de cómo actuamos, estamos fortaleciendo nuestro espíritu, porque inmediatamente, detectamos la raíz del problema y ¡luchamos contra el mismo!

A veces, son los malos pensamientos lo que nos ataca…

¿Sabes que yo hago, que los aparta de inmediato? Yo declaro; “¡Jesús yo te amo!, Gracias por todo.”

Yo combato aquellos pensamientos que son del infierno, y glorifico a Dios, apartándolos, así, naturalmente.

El diablo viene para acusarnos y culparnos de ciertas cosas, pero cuando lo combatimos y glorificamos a Dios de sincero corazón, entonces nos fortalecemos en el espíritu.

No era Dios que hacía al niño crecer y fortalecerse. Pero él propio, combatiendo un buen combate, en la mente, en el cuerpo y en el espíritu…

“Y vivió en los desiertos…”

¡Un niño…un niño!

¿Puedes entender esto?

Puede ser una “niña” en la fe, pero si actúas racionalmente, si te quedas atenta a la venida de los sentimientos: “¿Porqué estoy sintiendo de esa forma?”; “¿Cuál es el problema?; “Yo quiero saber cual es la raíz…. Entonces, ¡vencerás todo y te fortalecerás en el Espíritu!

Juan el Bautista maduró en los desiertos. Y ¡¿quién vive en los desiertos?! Nadie…

Igualmente, tu y yo, maduramos en los desiertos de la vida. No es apenas leyendo y meditando, sino justamente en la hora en que estamos con problemas. En el momento en que nos encontramos con los imprevistos y la dificultad.

Es aquí que nos desarrollamos…Al manifestar nuestra fe, probando que realmente, estamos listos para asumir nuestra creencia en Dios.

Lo que resuelve es detectar y ser fuerte; ¡desarrollar! Enfrentar las dificultades, venciendo una tras otra…

De esta forma, ¡permaneceremos en el espíritu y seremos independientes para detectar lo que debe ser hecho!

“…hasta el día en que había de manifestarse a Israel.”

Aquí está , una vez más, la importancia del tiempo…de saber esperar en Dios, ¡el tiempo cierto!

A veces, estamos así: “Yo tengo que hablar sobre lo que Dios esta hablando conmigo…”. ¡Yo también era así!

Pero, ¡debemos respetar el tiempo! No tenemos que vivir ansiosas.

Todo ocurrirá a su debido tiempo…¡Naturalmente!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

3 comentários

  1. EL tiempo para la solución del problema sólo depende de Dios después que hayamos hecho nuestra parte.No hay que quedarnos anciosas a su debido tiempo todo ocurrirá.
    Aura Sandra
    Atocha
    Madrid

    Ver más
  2. Sra yo creo que tambien tengo muchisimas cosas que descubrir, y si cuando colocamos toda nuestra vida en m anos de Dios no debemos quedar ansiosas sino vivir la fe y creer no importa lo que pase solo creer que Diosno nos abandonara. me gusto mucho esta curentena Dios la bendiga.

    Ver más
  3. ¡Que buena visión!
    No lo había visto así. Que la luz de Dios es la dirección que El nos da cuando aplicamos nuestra razón basada en su palabra para buscar en el una solución.
    Me ha ayudado.

    Un saludo

    Ver más