Cuarentena – Dia 33

Viviane Freitas

  • 27
  • Feb
  • 2013

Cuarentena – Dia 33

  • 27
  • Feb
  • 2013

“Por eso, decía a las multitudes que acudían para que él las bautizara: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?

Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y no comencéis a deciros a vosotros mismos: «Tenemos a Abraham por padre, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.

Y también el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

Y las multitudes le preguntaban, diciendo: ¿Qué, pues, haremos? Respondiendo él, les decía: El que tiene dos túnicas, comparta con el que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.

Vinieron también unos recaudadores de impuestos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Entonces él les respondió: No exijáis más de lo que se os ha ordenado.

También algunos soldados le preguntaban, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y él les dijo: A nadie extorsionéis, ni a nadie acuséis falsamente, y contentaos con vuestro salario.” (Lc.3,7-14)

Lo que leemos en las Escrituras es lo que sucede en el día a día, las multitudes que venían para ser bautizadas eran las que Juan definía “como raza de víboras”

¿No es intrigante? ¿Cómo se podía tratar a alguien de esta forma, quién decidiría bautizarse?

Juan sabía… que no todos compartían la misma fe; y que no todos tenían el espíritu de arrepentimiento en su interior.

Hay muchas personas que van con la “multitud”. Que hacen las mismas cosas que los demás porque esta de “moda” o en aquel momento está en “auge”.

“Raza de víboras”….

¿A quién se refiere como “Raza”?

A aquellos que ponen escusas…. Que empiezan algo y nunca terminan.

Por Ejemplo.. dan inicio a la cuarentena, pero no se disponen a llegar al fin.

Revelan un “remordimiento” o arrepentimiento, pero enseguida vuelven a la misma práctica….

¡Esto muestra que no esta firme en su propósito!

“Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento;…”

¡No es a través de palabras! Decir que vas ha empezar; que pretendes cambiar… Pero, en realidad, nunca existe una disciplina.

Por eso no existen frutos dignos… pues todo en lo que tiene que ver con Dios se traduce en algo verdadero; real y que existe disciplina.

A quien no le gusta ser disciplinado, tampoco le gusta la Palabra de Dios, porque esta nos incentiva a la disciplina.

“…y no comencéis a deciros a vosotros mismos: «Tenemos a Abraham por padre, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.”

No sirve de nada huir de nuestro verdadero estado, porque aquellos que verdaderamente se

arrepienten cambian de camino; cambian de posición.

Lo que hacían mal empiezan a hacerlo bien.

“…Y también el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.”

¡Si estás arrepentida vas a cortar el mal por la raíz! Si no fuese así, ¡tu misma serás cortada!

Dios da un tiempo para que nos corrijamos… pero llega un momento, que el tiempo se acaba. Llega la hora de buscar el fruto, si este no existe, el árbol es cortado, y lanzado al fuego.

¡Las multitudes se alborotaron! Y cuestionaron…

Igual que tú preguntas: “y ahora, ¿qué hago?: he sido indisciplinada, dirigida por mis impulsos y guiada por mis sentimientos; soy consciente de mi error y mi pecado, pero continuo siendo la misma persona. ¿Qué debo hacer?

Si has leído los cuatro últimos versículos, verás que Juan se refiere al arrepentimiento como un cambio de “180% grados”

Juan habló directamente con cada uno lo que les faltaba. ¿y tú? ¿Vas a esperar que alguien te diga lo que tienes que cambiar? ¿dónde está tu fe inteligente?

Todas las personas son conscientes de que necesitan cambiar.

La conciencia nos trae la verdad, porque nos acusa, produce inseguridad, la incertidumbre y la duda … ¡Plantea preguntas!

Entonces ¿qué hacer?

Haz lo opuesto que has hecho hasta hoy, proponte cambiar de Vida.

Asé como estamos aptas para producir todo tipo de escusas, de la misma forma conseguiremos asumir nuestra fe, y producir frutos dignos de arrepentimiento.

¡Tú defines lo que quieres!

Entonces no digas que eres débil, que no puedes; que no lo consigues. ¡Porque cuando quieres puedes!

Arranca tu “capa” de víctima y enfrenta tu realidad. Haz lo que tienes que hacer cambiando tu forma de ser.

Esto solo ocurrirá cuando odies lo que te esta haciendo esclava.

Aprovecha esta oportunidad de “Dolor” que sientes contra el pecado…No el “dolor” relacionado con los sentimientos, sino la indignación contra el pecado, el “DOLOR” de ser injusta con Dios.

Nadie tiene porque saber lo que has definido dentro de ti. ¡Tus actitudes lo dirán!

Para heredar el Reino de los Cielos, tiene que haber esfuerzo ; la puerta es estrecha y el camino angosto.

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3 comentários

  1. Cuanta verdad señora… Soy alguien que empieza algo y núnca termina, verdaderamente tengo que ser disiplinada.

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  2. La disciplina con Dios es fundamental muchas veces no conceguimos los cambios, las bendiciones, o los resultados que queremos porque no hay disciplina en nosotros y si no hay disciplina no hay una obediencia hacia Dios, hay que vigilar nuestra disciplina con Dios y no ser uno mas de la multitud

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  3. Cuando nos sometemos a la disciplina de la palabra de DIOS estamos mostrando frutos de arrepentimiento en nuestro interior. que es muy diferente a un remordimiento que es exterior.

    Aura Sandra
    ATOCHA
    MADRID

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