“Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre.” (Salmos 133)
Quien no vive unido a los hermanos que tienen el mismo Dios y Padre, vive en lo que es desagradable y en lo que es malo. Y la bendición no puede venir de esa persona, porque ella no es la propia bendición.
Leer más
Por Viviane Freitas | Faça o seu Comentário