Obrera – ¡No te hagas la víctima!

Observa el e-mail de abajo, enseguida la respuesta, y analiza la respuesta. Es largo, pero léelo hasta el final, porque este puede ser tu caso.

“Hola D. Viviane, ¿cómo está?

Estoy aquí para comenzar todo de cero. Ya no estoy como obrera.

Ocurrieron cosas que yo nunca pensé que aconteciesen en mi vida, pero también hice cosas erradas que jamás imaginé hacer.
Fueron 5 años de obrera, y solo el 5º año es que todo esto ocurrió conmigo: Yo veía obreras a mi lado, cayendo por el mismo error que , más tarde yo cometí… En ese momento, ¿sabes lo que siempre hacia? Pedía a Dios que no permitiese que cometiese el mismo error.

Entonces, ¿por qué aconteció?

Porque incluso pidiendo, lo que yo tenía que hacer era vigilar más y después orar.
Pero ocurrió… y ahora estoy pagando por mi error.

Perdí todo y ahora estoy recomenzando de cero.

Esto, porque, en el fondo, nunca nací de Dios y tampoco fui bautizada con el Espíritu Santo (…) cuando caí en pecado, con ese chico, y dejé de ser obrera, todos (obreros y algunas esposas) me dieron la espalda y solo estuvieron presentes para juzgarme. ¡Fue tan difícil tolerar eso!
¿Usted cree que los miembros que ni bautizados son; que difícilmente van a evangelizar – o casi nunca – fueron los que más me dieron fuerza y no me juzgaron? Yo pude ver que lo que falta hoy en los obreros es el amor verdadero por las almas. Nadie supo ver la necesidad de mi alma y mucho menos amarla. (En estos días, me acordé mucho del mensaje del “alma” que usted dio).

La única persona que nunca desistió de mi, que también se quedó triste por mi error, pero nunca me dio la espalda, fue Dios.
Entonces solo puedo asegurarme en las manos de Él. Fue el Único que me vio en el “agujero” y quiso asegurarme la mano. Nunca estuve tanto en la dependencia de Dios como ahora, y es eso lo que me da fuerzas para continuar. (…)

Ahora lee la respuesta de Viviane Freitas:

Querida Amiga,

No voy a hablar aquí sobre algo que sea emotivo, porque la emoción apenas “habla” de lo que siente y hace a la persona estar más atormentada aún.

Presta atención lo que tu Pastor tiene para decir sobre ti:

“Ella estaba en el “banco”, ahora no es obrera. Mintió la 1ª vez , 2ª vez, y ahora la 3ª vez, con el mismo tema – besando a un “incrédulo” en la calle – y el chico con el que está actualmente, viene a la IURD y confesó que ya la ha quitado la ropa.
Él está “afirmándose”, pero ella continuó con más mentiras, y, delante de ella afirmó que ambos tenían una “relación”.
Este problema ya estaba oculto desde hacía más de un año.
Gracias, y buenas tardes.”

¡Esta es tu historia! Y si la pongo delante de ti, ¡¿estaré juzgándote?! Si es mentira, pregunto: ¿No crees en la divinidad de Dios? ¿No es Él la luz que mostrará toda la verdad; tarde o temprano?
Si estás tan segura, como dices, entonces, ¿por qué sientes? ¿Y te sientes acusada por las esposas, por las obreras, etc.?
En realidad, apenas estas sintiendo lo que tu conciencia te trae.

No me importa los que los demás digan a tu respecto, lo que me interesa es aquello por lo que has optado. Es tu vida lo que está en juego, y con eso no se juega.

Disculpa, pero ¿qué e-mail es este?

¿Para sensibilizar a los demás a ser víctimas? ¿Hasta cuando vas a ocultar el error?

¿Crees que actuando de esta forma eres una persona digna de confianza?

Una vez más, disculpa… pero tengo que escribir la verdad, para defender el derecho que tu has descartado de ser salva. Tengo que luchar por tu alma, porque la mentira, por menor que sea, ¡siempre es mentira! Y de esta forma te pones como hija del diablo. Es lo que la Biblia dice.

Hasta ahora, hablo de hechos y no de lo que tu sientes. ¿Por qué?
Porque los hechos revelan tus elecciones, que a su vez demuestran tu amor, tu no amas a Dios; tu apenas eres parte de una religión.

Procura resolver tu problema y deja de mirar a lo que los demás dicen o juzgan, porque hablando así, te haces la víctima, y para mi, tu no eres una víctima, eres un alma que está intentando buscar a Dios a su manera.

Procura ser y no aparecer. Quien quiere ser, no necesita la afirmación de nadie, y está claro, que cuando te empeñas en “ser”, de verdad, entonces naturalmente, serás visible a los ojos de los hombres y mujeres de Dios, tu belleza.

Efectivamente, aún no te has “visto”, porque cuando nos “vemos”, buscamos solos la verdad… ¡¡¡Ya no queremos ser la aquella persona horrible!!! Y es precisamente en esta fase que hacemos de todo para resolver lo que está dentro de nosotras.

La víctima, siempre usa un “buey expiatorio” para acusarlo de su fracaso, porque no quiere la VERDAD.

¡¡¡Y si no quieres la verdad, en el fondo no quieres a Jesús!!!

Ahora cabe a cada uno poner las “barbas a remojar” y verificar si de hecho, ese no ha sido tu proceder.

Marcamos un encuentro el próximo Jueves con un tema más que va a despertar tu fe, y el desarrollo de tu salvación.

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