Vitamina C

La Vitamina C fue descubierta en la época en que los barcos cruzaban los océanos, mostrándose esencial para descubrir la sustancia que podría impedir el escorbuto que asolaba a las tripulaciones

Como los alimentos ricos en vitamina C son perecederos, no formaban parte de la alimentación de los marineros, lo que originaba problemas en las articulaciones, inflamaciones de las encías, hemorragias y baja en las defensas del organismo.

Hasta que en 1927 la vitamina C fue encontrada apartada en forma pura, y se conocieron sus beneficios.

¿Y cuáles son los beneficios de la vitamina C?

La vitamina C es esencial para diversas «líneas de producción» de nuestro organismo, como por ejemplo:

Producción de la serotonina, adrenalina y dopa mina que regulan el humor;

Producción del cortisol y estamina que responden en casos de estrés,

Producción del colágeno (proteína que concede firmeza a la piel);

Producción de los glóbulos blancos que hacen parte del sistema inmunológico.

Pero además de todo lo dicho, también tiene una acción antioxidante, promoviendo la neutralización de los radicales libres y así proteger al organismo del estrés oxidativo.

Sabiendo todo esto, percibimos la necesidad de ingerir vitamina C

Aún así, no necesitamos obligatoriamente hacerlo a través de suplementos, podemos reforzar las dosis diarias de esta vitamina a través de nuestra alimentación.

Pero, ¿cuáles son los alimentos más ricos en vitamina C?

Legumbres y verduras: berro, lechuga, rúcula, pimiento, tomates, espárragos, berenjena, brócoli, zanahoria, guisantes, espinacas, coliflor, pepino y perejil.

Frutas: Ciruela, naranja, piña, frambuesa, kiwi, manzana, limón, pera, fresas, sandia, maracuyá, mandarinas, uvas, aguacate, melón, cajú.

Con el invierno a las puertas, es muy importante prevenirnos y reforzar las defensas de nuestro organismo.

¡¿Vamos a comenzar?!

Hasta pronto.