¡Un Caso Serio!

Viviane Freitas

  • 5
  • Sep
  • 2012

¡Un Caso Serio!

  • 5
  • Sep
  • 2012

¿A quién podría yo considerar un caso serio?…

Yo, Viviane.

¡Serio! Voy a contarte que puede generar lo íntimo.

Desde que nací era el centro de las atenciones en el ambiente familiar y entre los amigos de la iglesia. Mi hermana Cristiane Cardoso, siempre era cuidadosa, celaba por mi seguridad y también para defenderme, siempre que yo estaba en apuros.

Realmente, no sé de donde venía tamaña intrepidez, porque su naturaleza, era de una persona tímida. Pero cuando alguien “se metía” conmigo, o yo era víctima de
bullying, mientras me vigilaba… ¡Ah, allí iba ella a pedir explicaciones! Aquella niña tímida, se mostraba súper – poderosa; ¡ni que lo digas!

Ella era mi refugio cuando ya no sabía qué hacer.

Yo no era mucho de buscar ayuda, pero ella estaba tan presente en los momentos tan difíciles, que me hacía ser dependiente de ella para cualquier apuro.

Fue muy “buena” mi infancia, teniendo un hermana “poderosa”. Pero a lo largo de los años, ella se casó y yo también. Nos separamos, debido al trabajo de nuestros maridos…Sin embargo, su protección continúo aún de lejos.

A lo lejos… y los pocos momentos que pasábamos juntas – cuando tenía oportunidad – ella percibía algunas características perjudiciales en mí. Yo era muy celosa de ella, en su relación con mi madre, y de las amigas que nombraba con frecuencia.

Dejé de ser el centro de atención.

Ella creció y yo también… pero en lo íntimo comencé a guardar muchas “tonterías”, que aparentemente me transformaban en alguien que no valoraba sus consejos.

Y ¿sabes por qué?

Porque Cris me confrontaba con lo que realmente cargaba dentro de mí; ella podía ver todo lo que pasaba en mi interior.

Dios mío… yo no tenía escapatoria.

Y no era solo ella… mi madre también. Entonces, eran dos “contra” mi mal comportamiento.
No tengo vergüenza de las personas, pero, sinceramente, ¿sabes de quién yo tengo vergüenza? De Dios.

Fue necesario mirar hacia mí misma, para poder entender hoy a todos los que pasan por conflictos internos.

El proceso de cambio por mi parte, fue doloroso y con muchas lágrimas. El dolor era muy grande porque a medida que ellas me confrontaban… Yo pesaba sus palabras.

Claro que el orgullo me hacía crear defensas.

¿Y sabes qué defensas?

¡¡¡¡Ah!!!! Está la cuento mañana. Y sólo si vosotras… dejáis bastantes comentarios aquí.

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