Y entonces, ¿qué nos queda?

Viviane Freitas

  • 4
  • Sep
  • 2012

Y entonces, ¿qué nos queda?

  • 4
  • Sep
  • 2012

A través de tantas aflicciones, decepciones y desentendimientos…¿qué nos queda? Y ¿Cuáles son nuestras actitudes después de tantos sufrimientos?

Normalmente nos defendemos: Nos “defendemos” y, aparentemente, sustentamos nuestra causa. Parece que si no actuamos a nuestro favor…seremos vistos como “tontos” en las manos de los demás.

A veces actuamos de forma contraria a lo que deseamos y, así descubrimos que tenemos actitudes no favorables a nuestra fe. El resultado es frustrante; prueba de que desconocemos lo que hay en nuestro interior.

¿Qué está detrás de las actitudes contrarias a lo que creemos? ¿Por qué no entendemos determinadas reacciones? ¿Y por qué se vuelve incontrolable actuar o sentir de esta forma?

Si…. Amigas, no es tan fácil descubrir la raíz de nuestras actitudes. Si no estuviésemos sedientas de justicia… permanecerá incubado. Y, ciertamente, las frustraciones serán nuestras compañeras.

Sin embargo, podemos “aprovechar” nuestros problemas, cuando existe disposición para ser flexible a la voluntad de Dios.

Y, ¿cuál es la voluntad de Dios?

La obediencia a Su Palabra.

La obediencia es lo que nos hace cuestionar lo que está reprobado por la fe. Es está, la que nos permite odiar “o vivir” de manera injusta para Dios, y la misma que nos hace querer ser flexibles, para que Él nos moldee.

Hubo alguien que me sorprendió en Su forma de entregarse. Ese Alguien es el Señor Jesús;

“Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del Reino de Dios.” (Hechos 1:3)

Después del Señor Jesús haber padecido por nuestros pecados Él no se escondió, sino que se presentó vivo.

Observa que toda la vergüenza, humillación, dolores y etc., por los cuales pasó, no cambiaron al Señor Jesús, ¡sino que hicieron con que se presentase vivo!
Supuestamente, tendría que presentarse muerto; decepcionado por el abandono de los discípulos; pedir explicaciones a aquellos que lo prendieron injustamente, y mostrar Su exuberancia, pero Él… Se presentó con muchas pruebas incontestables.
Y más…

“…Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del Reino de Dios.”

¡¡¡Eh… eso no!!! ¡No vas a dejar pasar desapercibido este versículo! ¡¡¡No!!! ¡Es muy fuerte!

El Señor Jesús pasó por todo aquello, pero sus palabras eran concernientes “a las cosas” de arriba. En nada relacionadas con lo que pasó. Ni siquiera lo nombró, o dio alguna explicación sobre Quien era, o lo que había enfrentado, a Sus perseguidores.

¡¡Observa qué nivel!

¿Y tu nivel? ¿Habla del reino de fracasos o del reino de Dios?

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