Título : Fuente de Salud

Hola queridas lectoras,

El proceso de mi liberación cuando conocí al Señor Jesús fue muy rápido.

Mi sed era tan grande de hacer lo que era correcto que lo que yo oía al siervo de Dios hablando en el altar, yo quería en seguida ponerlo en práctica. Pero no sólo eso, yo confrontaba mi voluntad, iba en contra de ella, y hacía justamente lo contrario. Si por ejemplo yo no quería ir a una vigilia, ahí es que yo iba, o si yo no quería hablar con Dios, ahí es que yo hablaba, y así en otras áreas de mi vida… Nadie me enseñó eso, pero yo sabía que para estar cerca de Dios, yo tenía que hacer mi parte y, así, fui invirtiendo en mi y en mi fe.

“Sujetaos, pues, a Dios, resistid al mal, y él huirá de vosotros.”
(Santiago 4:7)

Cuando elegimos resistir a nuestros deseos malos; deseos que sabemos que el fin consumado de esta voluntad es para un fruto y un futuro malo, ¡nos hacemos más fuertes! Y cuanto más negamos esos deseos, más fuertes interiormente nos hacemos.

Solamente los fuertes consiguen negar su propia voluntad y resistir a lo que aparentemente es tan bueno. He aquí un secreto de la fuerza que hace al diablo “correr”.

Llevándola para nuestra salud, todos los días tenemos mil situaciones para resistir a las golosinas, dulces, fritos, bollos y el exceso. Algunos tienen que resistir para no comer, otros tienen que resistir a su voluntad de quedarse sin comer. Para cada objetivo existe un resistir.

Tarea: haz una lista personal de “tonterías”, manías, emociones, situaciones, etc., que quieres resistir y déjala en un lugar visible para no olvidarte. Trabaja en eso, practica, resiste y observa como una nueva persona nace dentro de ti.

Cuando yo veo a una persona engordar o adelgazar saludablemente, la admiro, porque sé que más allá de la victoria exterior hubo una mayor aún, interior.

“Mejor es el que controla su ánimo que aquel que toma una ciudad.” (Proverbios 16:32)

Hasta el próximo miércoles.

PS: Leí todos los comentarios de la semana pasada . ¡Gracias!