Obrera que huye de los problemas…

Viviane Freitas

  • 7
  • Ago
  • 2013

Obrera que huye de los problemas…

  • 7
  • Ago
  • 2013

Siempre traigo aquí casos verídicos, situaciones que ocurren, en el día a día de las obreras, ¡y qué son comunes a muchas otras!

No tengo la intención de exponer a nadie sea quien sea, sino de hacer con que entendáis las necesidades que hay.
Al fin y al cabo, no estamos tratando con objetos, o con legumbres, sino con vida; con almas. ¡Nosotras somos almas! ¡Y estos asuntos son serios y tienen que ver con nuestra salvación! Por eso, no podemos taparnos los ojos y quedarnos calladas.

Esta semana fui al encuentro de una obrera que ya observaba hacía algunos días porque raramente la veía en las reuniones; solamente los Domingos por la mañana, lo que me causó una preocupación por su estado.

Al conversar con ella, vi que estaba enfrentando una situación financiera muy delicada. En su desahogo, quedó claro que no conseguía vislumbrar la salida para su situación, lo que le hizo quedarse en la retaguardia, y sin ánimo para trabajar como obrera durante la semana.

Ella me decía que hace de todo para no acercarse al pueblo, porque no tiene palabras para orientar a las personas que viven el mismo problema que ella. Usó el viejo abrigo de siempre: “¿Qué voy a dar si yo no tengo? ¿Cómo voy a ayudar a esta persona, si estoy enfrentando el mismo problema? ¡¿Con qué cara?!”

La miré fijamente a los ojos y le dije: “¿Sabes por qué no consigues ayudar a las personas, y darles la orientación cierta? Infelizmente, porque no estás en el calor de la batalla; porque no estás guerreando en contra de ese problema con uñas y dientes, usando tu fe y combatiendo el buen combate. Sino que has alimentado pensamientos de incapacidad… de que no eres digna, de que no eres ejemplo. Es por eso que el desánimo ha tomado cuenta de tu vida, limitando tu desempeño en la Obra de Dios. Y, lo peor de todo, es que en vez de buscar una solución, sólo se agrandan las dificultades. ¡Ahí está la razón de tu debilidad, de tu falta de coraje para ir junto al pueblo!”

Le dije más: “¿Piensas que no vas a tener problemas, siendo obrera? ¡Estás muy engañada! ¡Problemas siempre vamos a tener!”

Ahora, el mayor problema eres tú misma, que te dejas dominar por las situaciones adversas y no asumes tu fe. Y todo eso, porque no has dado prioridad a tu vida espiritual, pues cuando ésta está en primer lugar, todo lo demás es una consecuencia.

Obrera internauta, ¡tal vez éste también sea tu caso! Entonces, que quede bien claro que el único que tiene “capacidad” de debilitarnos, es el pecado, porque mancha la conciencia y, automáticamente, bloquea la fe. Pero los problemas, esos, son necesarios, pues los mismos, provocan una dependencia de Dios, cuando los encaramos como oportunidades.

Cerré nuestra conversación, diciéndole que la elección era totalmente suya: O usaba las armas espirituales, o sería vencida y avergonzada por los problemas. Esas armas no son apenas la oración y el ayuno, sino primeramente su vigilancia, la forma cómo reacciona delante de las situaciones, ¡pues la mayor dificultad es vencer su propio yo!

Y vosotras, que acabáis de leer este post, ¿qué pensáis al respecto? Dejad vuestro comentario.

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7 comentários

  1. Es necesario para nosotras estar siempre, vigilando nuestra reacción ante los problemas,alimentando nuestro Espíritu, con la palabra de Dios solo así podremos estar fuertes ante las dificultades lista a usar nuestra fé,a cada día.?

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