Padres inconstantes

Estos días, al llamar a una señora que no veía hace un tiempo en la iglesia, me informó que estaba frecuentando otra denominación, para acompañar a algunos de sus familiares. Esto, después de bastante tiempo de escuchar hablar sobre la práctica de la fe inteligente. Su hija era una participante asidua en las clases de la Escuelita Bíblica Infantil.

¡La verdad es que esta inconstancia, más allá de beneficiar a los padres, crea una confusión en una niña o joven adolescente que está aprendiendo las bases de la fe!

Padre y madre, estén bien atentos a sus decisiones y perciban que estos tipos de indefinición tendrán repercusiones más allá de lo que ven ahora… ¿Cómo darán a “luz” verdaderos hijos de la fe, y no “religiosos”, si ustedes mismos aún no se definieron?

“Acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra”

(1 Reyes 18.21)

Acompañando casos de familias a lo largo de los años, ya vimos situaciones en que finalmente hubo una definición, y ambos padres, o uno de los progenitores, volvieron a la práctica de la fe inteligente. Pero como durante tanto tiempo vivieron indefinidos, sus hijos terminaron por “dispersarse”, sin seguir ningún tipo de creencia.

Estos padres, una vez en el Altar, a través del sacrificio, claman hoy por la regeneración de los mismos.

¿Si es posible? Sí, claro que si… ¡mientras haya tiempo!

Pero, queridos padres, no vamos a correr atrás del “perjuicio”, sino que vamos a afirmar nuestros pasos dejando de vivir a gusto de las olas de la inconstancia.

Hasta la próxima. ¡En la fe!