Obrera : Obrera, ¿Cuál es tu parte?

En el artículo de la semana pasada quedó bastante claro la dependencia de Dios y , realmente, ésta es primordial para que nuestra vida sea totalmente guiada por Él.

De hecho, nosotros que hacemos la Obra de Dios, no podemos, de ninguna manera hacerla en la fuerza de nuestro brazo, pues si así fuera, nuestro trabajo sería en vano. Esas no son mis palabras, sino que está escrito: “Si el Señor no edifica la casa de nada sirve los que la edifican…”

Pero es importante dejar bien claro que si nos quedamos de brazos cruzados a la espera de estar en la dependencia de Dios, y que es Él que hace todo, nuestra entrega será siempre floja y sin ninguna expresión. ¡No nos podemos olvidar que Dios solo hace Su parte, cuando termina la nuestra!

Y, ¿cuál es su parte?

• Es ir al terreno donde está la necesidad.

• Aunque las personas no se acerquen a ti, es ir al encuentro de ellas.

• Es no quedarse a la espera que sea el pastor el que atienda a las personas por la primera vez.

• Es ser auxiliadora de su pastor, en lo relacionada al atendimiento.

• Es observar cómo las personas se entregan a Dios.

• Es observar el estado de cada persona.

Es que usted sea sincera consigo misma, sino existe ese fuego dentro de sí, entonces es porque ya está viviendo en un estado de acomodación . Vamos a ser sinceras, compañeras de Guerra, si usted es un tipo de obrera que no se entrega por el pueblo, entonces está literalmente lejos de Dios. Recuerde que el pueblo representa a Dios, y si no hay ese interés dentro de sí de ganar esas vidas que están perdidas, entonces puedo concluir que es una obrera que sólo viste el uniforme y que tiene un título. Tal vez digas, como ya oí decir, que las palabras mencionadas en los artículos de las obreras son muy cortantes: “Ah Luisa, esas palabras no me edifican”. No edifican porque en el fondo, en el fondo, lo que pretende oír es algo que la mantenga en su zona de confort. No es eso lo que Dios quiere para su vida, pero sí, que la llama del primer amor esté en evidencia dentro de sí, con deseo de hacer un estrago en el infierno.

Vamos a arremangarnos y usar la Fe inteligente. ¿Qué me dices? ¿Vas a ser obrera que hará su parte delante de Dios?

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