Diario: Yo No lo Entendía… así (5ª parte)

Viviane Freitas

  • 22
  • Abr
  • 2015

Diario : Yo No lo Entendía… así (5ª parte)

  • 22
  • Abr
  • 2015

El vieja del Este Europeo me enseñó tanto. Con la revelación de la Mujer Samaritana, fue más allá de lo que yo había visto hasta entonces. Resolvió cuestiones dentro de mi, las cuales yo tenía dificultad de resolver.

Por más que luchaba, no entendía realmente el por qué tenía ciertas actitudes que no conseguía resolver dentro de mi.

Pero este viaje se quedó marcado en mi vida. Y ¿por qué?

La forma en como yo viajé , desprendida de mis necesidades.

La forma en como reaccioné delante de la posibilidad de pedir a mi padre una oportunidad en darme el “derecho” de convencer a Julio para traer a Luis en el viaje y así poder detectar tan instantáneamente que aquello era mi propia voluntad.

La forme en como entré en la Iglesia.

La forma en como oí la voz de Dios tan clara y tan nítida.

La forma en como la Palabra de Dios quemaba dentro de mi ser…

La forma en como fue todo revelado dentro de mi.

Todo esto hizo con que yo tuviese el resultado de la respuesta que estaba esperando de mi Señor. Y Él, misericordioso, me habló, nítidamente a mis oídos. No pude contener la voz de Él quemando en mi alama. Y haciendo un divisor de mi entendimiento y de mis emociones.

¡Dios Mío! ¡Qué grande es Él! ¡Cómo Él va más allá de nuestras expectativas! Él es paciente, humilde, misericordioso para hablarme, a mi, siendo tan falla y pecadora.

Cada día, no puedo explicar… como es grande la oportunidad de poder servirlo. No es un peso. Peso son mis sentimientos, que aparentan tener toda la razón, pero que el destino es traer tristeza, miedo, ansiedad y duda.

Pero cuando Lo oímos, nos da tanta paz… más de lo que podemos imaginar. Somos llevados a un nivel mucho más allá de lo que la capacidad humana puede entender. Un nivel de valor que cuando estás siendo guiada por tus sentimientos no te dan. Por lo contrario, te hacen una auténtica miserable.

Pero entonces…. llegando a Lisboa. Llegaba diferente. Solo que yo no lo sabía. Pero las cosas empezaron a suceder antes de nuestra llegada a Portugal, como un e-mail de un ex – pastor que había confesado su pecado escondido después de años, y que fue sacado del altar.

Al recibir aquel e-mail impactante, venido de alguien que jamás podíamos concebir en nuestra mente algo tan catastrófico, me quedé impresionada, pero al mismo tiempo indiferente.

¿Cómo, indiferente?
¿No ama las almas?
¿Por qué ahora actuaba de forma distante y fría delante de aquella noticia?
Porque sin ningún esfuerzo entendí claramente, que él tuvo todas las oportunidades de confesar y comenzar su nueva historia, pero él insistió en esconder su mal carácter en lugar de odiar aquello que lo apartaba de Dios. Él prefirió la mentira para apenas “asegurar” su posición o incluso su “seguridad” en la oba de Dios.

Muy triste la situación. ¡Indignante para quien está en el Altar! Tener toda la condición de vivir una vida separada y santa y aún así ser infiel delante de Dios y delante de los hombres. Una falta de respecto brutal es jugar con algo que es Santo.

¿Y ahora? ¡Él estaba casado! Y su esposa, ¿cómo sería?

¿Pagaría el precio también por el error de él?

Bueno aquí no soy yo que entre delante de la situación, pero la cuestión que quien ella fue delante de las oportunidades que le fueron brindadas, y su manifestación de fe.

¿Ella estaba consciente del error de él?

98% no, pero el otro 2%, mostraba señales de falta de seriedad en el trabajo.

Entonces al llegar al Lisboa, recibí inmediatamente un mensaje de ella, pidiendo con urgencia hablar conmigo. Explicando que no sabía de la suciedad que él había vivido hasta aquel momento en que él lo confesó. Y yo, tranquila, yo parecía muy calmada. Algo fuera de lo normal, de mi propia característica.

Porque soy una mujer súper atenta en cuestión a las ovejas que Dios me confió para cuidar. Amo y voy al fondo para ayudarlas. Pero ¿por qué estaba tan tranquila? ¿estaba frío mi amor por las almas?

Buenos había llegado de viaje, mi cuerpo estaba exhausto de haber estado 2 semanas fuera de casa, en 6 países con diferencia horaria de 1, 2 y 3 horas más que Lisboa.

No sabía lo que pasaba conmigo, pero todo esto estaba siendo contado delante de mis ojos, estoy siempre atenta a mi como una forma de proteger mi Salvación.

Y al final del día, después de haber cumplido con las responsabilidades que tenía después del viaje, llamé a la esposa y hablamos.

¡Ella estaba desesperada! Sólo decía delante de tanta agonía y decepción, “¡Yo tengo la culpa! No quiero volver a Brasil, ¡quiero continuar aquí!”

¡Oh Dios mío! ¿Cómo podría yo ayudarla delante de toda esa desesperación? ¿Cómo podría resolverlo si todo lo que yo poseo es apenas la Palabra? No tengo autoridad para cambiar la vida de ella o su destino.

Delante de toda su agonía, ahí estaba yo, hablando con Dios. “Dios mío, ayúdame a ayudarla, ¿qué digo delante de este problema tan horrible? ¡Caótico! No sé que puedo hacer.”

En ese exacto momento vino la voz de Dios, como respuesta, diciendo así: “¡Dila lo que tú tienes!” Entonces me dije a mi misma, bueno, lo que yo tengo es agua viva.

Fue cuando ya habían pasado unos minutos delante de lo que ella me hablaba, y yo dije con precisión, definida y segura; Dije: “Mira, yo no puedo ayudarte, sé que me ves como alguien que puede interceder por ti, pero yo no tengo ese poder. Pero una cosa es segura, tú tienes mucha sed. Necesitas beber el agua de la vida. Jesús dijo que el agua que Él te da jamás te hará tener sed. ¡¡¡¡¡Jamás!!!!

Tú necesitas beber el agua que Él tiene para ofrecerte. Inmediatamente, aquella esposa de pastor, dejó de llorar y se quedó atenta a mis palabras.

Continué y dije: No sé lo que va a pasar de aquí en adelante, si vuelves a Brasil, o vas a quedarte aquí en Portugal. Pero una cosa está clara, si vas hasta Jesús, y le invocas a Él, todo es posible.

¡Busca en Dios la solución para tu vida! Porque no tengo nada que ofrecerte sino el agua viva que Él me dio.

Aquella esposa, enjugó sus lágrimas. Ya no comía hacía unos días, ya estaba débil físicamente, yo la dije: “¡Deja de llorar!¡Ves hasta Jesús! Y después de hablar con Él, no llores más. Porque cuando lloras es como si estuvieses nutriendo la duda. Ves a comer. Porque Ana (la madre de Samuel) después de haber llorado desesperadamente desahogando su dolor, hizo un voto a Dios y después de hacer el voto, ella comió y bebió.
¡Ves a comer y a beber!”

Yo estaba diciéndola exactamente lo que hice cuando estaba preparando para hacer la Retrospectiva 2014 de Godllywood. ¿Te acuerdas del dolor enorme que estaba viviendo? ¿Recuerdas que no tenía nada de hambre? Así fue, yo determiné en ese momento que comería sin ganas porque yo iría adelante y daría mi sacrificio cueste lo que cueste. ¡Y era eso lo que tenía que hacer!

Observad, amigas internautas…. Que lo que yo decía, era lo que yo viví y vivía.

Terminamos de hablar, y al día siguiente, día en el que el pasaje de ella ya estaba comprado para volver con su marido y nana, ninguna respuesta por parte del responsable.

Llegó otra esposa de pastor junto al marido de ella a mi casa, para informar y resolver las cosas pendientes que quedaron cuando estuvimos de viaje. Y ella llegó hasta mi, y dijo: Ay, Viviane… la esposa que el marido salió de la obra, yo vi su dolor. Lloré después de haber hablado con ella por teléfono.

¡Oh oh! Algo estaba mal en mi, ¡yo me decía! No estoy sintiendo nada. ¡Ni pena, no preocupación, ni miedo! Me dije a mi misma: Dios, ¿estoy fría en relación a amar a las almas?

¡Qué extraño! ¿Por qué no estoy sintiendo nada?

Lo normal como persona, estaría preocupada e importunando de todos lados para ver la manera de arreglar la situación y alcanzar aquello que me gustaría que sucediese. Pero ¿no hice nada?

Bueno, Julio estaba molesto con esta situación. Alguien en quien él había confiado, haciendo esto descaradamente con tantos ejemplos, mensajes, reuniones, cuidado y advertencias y aún así actúa de esta forma con Dios y con el pueblo.

No podía no tocar el tema para interceder por la esposas que vivía en ese caos.

Y yo seguí cuestionando a Dios, cazando, ¿qué estaba mal en mi?

A mi alrededor seguían sucediendo varias cosas, mi asistente se iba fuera para casarse, mis compromisos y responsabilidades estaban en el aire, mi otra hija iba a llegar y yo tenía que organizar cómo sería mi nueva vida, sin asistente y con una hija totalmente desconocida.

¡¡¡¡Oh my God!!!! Imagínate, delante de tantos compromisos, ¿cómo estaba yo? Súper agitada, intentando conciliar todo al mismo tiempo. Pero no fue eso lo que ocurrió.

Mientras escribí las responsabilidades de la Iglesia en el papel, de las cuales yo cuidaba, el blog, los idiomas que tienen que ser traducidos, y etc.…. Me vino la idea de la esposa que no quería irse con su marido, podría quedarse en el lugar de mi otra asistente. Pero, ¡¡¡¡cómo… hablaría del tema con mi marido si él no podía oír nada al respeto del caso!!!!

Entonces, de repente llegó mi marido feliz, me dio un beso y abrazo de la nada.. y en aquel instante vi la respuesta de Dios, diciendo, ahora es el momento de presentar todo el proyecto y posibilidades que tienes en tu cabeza, tanto de la asistente y también de que la hija te ayudaría.

Y dije, ¡es ahora! ¡voy a hablar con Julio! Hablé decidida, sin miedo, y fui hasta Julio, y le dije: “Miu, ¡mira que tengo aquí! Pensé en que Vera podría hacer esto y esta esposa que el marido salió de la obra podría tener estás otras responsabilidades porque ella ya está familiarizada.” Inmediatamente él dijo: “¡Oh, qué bien!” ¡Reventó!

Dios mía, no intercedí por la esposas, pero Dios oyó el clamor de esta mujer.

Al final de aquella tarde, llamé a aquella ex – esposa, y le pregunté: Finalmente, ¿bebiste del agua de la vida? Ella me respondió y dijo: ¡Si! ¡Yo estoy segura! Tengo paz Doña Vivi.

Entonces dije: ¡Dios oyó tu clamor, vas a trabajar conmigo!

¡Mira que interesante!

Yo pensaba que tenía que sentir pena, pero una vez más, el Espíritu Santo me reveló con todo lo sucedido que lo que Él quiere es que demos vida y no que sintamos por ella.

Es interesante que esa ex – esposa, ¡buscaba esto! ¡Oh cuánta responsabilidad estaba y está sobre nuestros hombros en vivir la fe! ¡No podemos hablar ni por un instante! Tenemos que andar en la fe. Aquella Palabra, que fue mucho más fuerte de lo que puedo exprimir aquí en el diario, era vida. Era todo lo que ella necesitaba, fue el sustento, fue el maná.

Esta ex – esposa, está trabajando actualmente conmigo, y tenemos una historia que envuelve fe que marcó nuestra vida para siempre, tanto para ella como para mi.

Ella fue bendecida y yo también, no en términos de respuesta de trabajar o quedarse en Portugal, sino en encontrar el agua que jamás trae sed, es el agua que Jesús le da a todo aquel que busca, es sincero y asume la fe.

¡Hay más respuestas de está agua de vida! Acompaña el próximo diario.

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3 comentários

  1. Muchas gracias, por todo.

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  2. Buenos días Sra; es interesante como Dios le permitió pasar por toda aquella situación y era para hacerla un instrumento de transformación de vidas. Es algo que le pido a Dios ser instrumento de transformación de vidas así como ha hecho, hace y sigue haciéndo con el Sr Obispo Macedo todo lo que paso, para ser instrumento de transformación de vidas, así nuestro Sr Jesus fue a la cruz paso semejante dolor todo por salvar a la humanidad

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  3. Excelente experiencia solo Dios nos permite vivir esas experiencias cuando dejamos que El tome el control de todoiinclusive nuestros sentidos … Gracias por compartirla .

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