La influencia de la mujer

¡Siempre oí decir que la mujer influencia! Pero ¿dónde podemos influenciar?

Tal vez tú ya te indagaste a ti misma, pero nunca obtuviste la respuesta.

Dios me la reveló, hasta parece broma, pero cundo estamos pasando por un desierto, algo difícil, nos quedamos mucho más sensibles para oír la voz de Dios que cuando está todo bajo control.

¡La mujer influencia de tal forma que ella ni se imagina! Su influencia es debido a sus sentimientos.

Nosotras sabemos que el hombre es el proveedor, es él que trae la comida a casa, quien mantiene todo, protege…en fin, él es la cabeza de la casa.

Él es quien toma las decisiones finales, es quien decide lo que va a ser autorizado o no. Cuando ocurre lo contrario, que la mujer toma las riendas… ¡el matrimonio es un fracaso! En este caso, ¡no se puede ser feliz! Pues, toda mujer quiere un héroe, por más que ella intente sobrevivir con sus fuerzas o su supuesta modernidad, ¡ella estará siempre frustrada!

Mientras tanto, su influencia dentro de casa proviene de los sentimientos que ella carga. Si algo la hizo daño o la entristeció, de inmediato tiene sus reacciones, busca en primer lugar encontrar alguna amiga o incluso al marido para desahogarse. ¡Apenas para descargar!

Sin embargo, para el hombre no está en él oír y comprender. Está el instinto de “entrar en acción” solucionar el problema. Es precisamente ahí que entra la tal influencia de la mujer, que en el fondo solo quiere desahogarse, hablar de su sentimiento, de su dolor. Ella espera comprensión de él y no tiene la mínima noción que aquel sentimiento que está dentro de ella causa una influencia tremenda en las reacciones de su marido.

Él, como protector, actúa con la intención de resolver el problema de su mujer y solo acaba por perturbar más aún toda la situación envuelta.

Y ¿quién sufre con todo esto?

¡Los dos sufren y son heridos! ¡Todo por causa de un capricho que nos ciega, y que no nos deja pensar en las consecuencias de nuestra influencia!