Idea Fija
- 27
- Mar
- 2012
¿Sabes cuándo tienes una idea en tu cabeza que nadie te la quita?
¿Cómo reaccionas delante de una idea contraria a la tuya? ¿O cuándo te enfrentas delante de otra idea?
Normalmente, te debates con tu idea dentro de ti misma, ¿no es verdad? Cuando esto ocurre, lo que queda en evidencia son tus razones. Y aquella incomodidad que surge, ¿qué dices?
Tu respuesta es casi siempre la misma:
– Es el mal.
– Eso es la duda.
– ¡Va a ser eso y punto!
Los pensamientos siempre vienen cautelosos diciendo:
– Yo soy así, ¡ella no me entiende!
– ¡Nadie me comprende!
– ¡En realidad, no sabe lo que está sucediendo!
Aquella idea “correcta” la lleva a tomar actitudes de forma aislada. No consigue avanzar en ningún desafío. No aprende nada y lo peor de todo es que está más segura de que tiene razón.
La vida de esta persona es siempre la misma, nada cambia. No existe novedad de vida, y por eso ella crea aventuras desastrosas.
Siempre encuentra la forma de crear problemas, de un vaso de agua, hace una verdadera tormenta.
Parece que todo el mundo la debe algo. Una consideración, un favor, una atención, en fin, por más que haga no es suficiente para reconocerlo.
El orgulloso es así. Él actúa a la defensiva y protege fuertemente sus derechos.
Toda y cualquier persona que no es flexible al reconocer u oír lo que los demás tienen que decir, pierde, porque deja de observar por otros ángulos. Su visión está bloqueada por su obstinación en querer mantener su vida ideal.
Amiga lectora, delante de este escenario, yo te pregunto:
– ¿ Quieres continuar alimentando tus ideas impenetrables, o vivir en novedad de vida?
Sólo existe un camino. Enfrentar su yo y prepararse para el verdadero duelo de titanes. ¡Donde quien vence es el más fuerte!
yanina (quilmes- argentina)
30 marzo, 2012 a 16:2
Es cierto sra. mucha de las veces somos orgullosos y nos dejamos llevar por nuestra propia voluntad y no queremos escuchar opiniones de nadie por que creemos tener la razon y que eso es lo correcto, pero como usted dice tenemos que siempre querer escuchar la segunda opinion, por que si no perdemos, aprender a ser humilde y a escuchar.
Xochil Rodriguez
30 marzo, 2012 a 14:2
El orgullo es un obstáculo que no nos deja aprender, crecer, ni cambiar. Nos limita en muchas áreas de nuestras vidas y hasta nos impide de alcanzar nuestros sueños. El orgullo realmente es algo que solo la propia persona puede arrancar de si misma, siendo humilde suficiente para aceptar que no siempre sus pensamientos son los correctos, que no siempre ella está en razón. El pelear con nuestro orgullo en verdad es un duelo de titanes.
Victoria Camara
30 marzo, 2012 a 14:2
Hola Sra. Viviane.
En ocasiones ver las cosas, situaciones desde fuera nos trae la respuesta.
A veces algo que parece insuperable, cuando lo vemos desde otro punto de vista es diferente.
Ya me ha pasado varias veces el intentar resolver algo a mi manera y no ver el resultado. Sin embargo cuando escuchamos otras opciones parece que la visión se abre.
Si no estamos dispuestas a escuchar aquellos que nos quieren y pueden ayudar y que vemos.
¿Como vamos a escuchar a Dios? que no vemos.
Muchas gracias
Besos
Jennifer Colon
30 marzo, 2012 a 1:2
Que correctas sus palabras, Sra. Viviane, las personas que son de esa manera no consiguen crecer,en ningun aspecto, porque no aceptan opiniones de nadie, entienden que lo saben todo y nunca estan abiertos a nuevas o distintas opciones. Muy triste, porque cuando somos abiertos a nuevas ideas, nos ampliamos de conocimiento y lo que es mejor alcazamos a tener una gran virtud, LA HUMILDAD. Digamos NO a la soberbia y al orgullo y SI a la humildad!
Cláudia Gomes - Madrid /España
29 marzo, 2012 a 18:2
El orgullo hace con que la persona mire solo para ella, es como se solo ella tuviera necesidad, ella nunca mira sus errores y fallos, para ella todo esta mal, yo estuve así durante muchos años hasta llegue a odiar a mi madre por que Queria que toda atención de ella fuera para mi, no aceptaba que ella diera atención a mi hermano, tampoco estaba dispuesta a aprender, era mi mundo…. Y pensaba que estaba todo bien… Pero sentía un vacío inmenso dentro de mi, hasta que reconocí que tenía que cambiar no podía seguir de aquella forma, tuve que pelear contra mi yo, que siempre Queria salir, tuve que actuar, el primero paso fue pedir el perdón de mi madre.
Besos a todas.
Cris Morales
29 marzo, 2012 a 15:2
Buenas Tardes Sra. Viviane.
La verdad es que son puros sentimientos y si estos prevalecen terminan perjudicando,quien es sabia escucha y despues habla ,solo la Fe y la humildad nos hace fuerte delante de Dios y de los demás.
sentimientos= rutina
Fe= novedad de Vida
Esa es la propuesta de nuestro Dios para cambiar.