Intolerancia

Generalmente la persona intolerante, es demasiadamente justa. Ella no soporta el error que ve en los demás.

Acaba por quedarse sola, y tener a todos en contra de ella. Por eso, no tiene amistades, no es agradable, y ni se le pasa por la cabeza que ella está errada.

Tiene la idea fija en su cabeza de ciertas cosas y cuando es contrariada, enseguida lo muestra con su cara. No importa quien la ve, ella no consigue mostrar algo contrario a lo que siente.

No usa ninguna mascara para disfrazar su insatisfacción porque ella es justa en no camuflar lo que realmente es.

Es difícil para este tipo de personas ser moldeable, porque su forma de ver las cosas la hace tener en todo la “razón”. Ella se ve como única justa, aunque las consecuencias de su forma de ser la perjudiquen.

¿Porqué es tan difícil cambiar su forma de ser?

Porque ella se ve como la que tiene derechos para defender su idea, entonces ella erra incansablemente hasta llegar a la conclusión de que es necesario odiar sus errores.

Ella es justa para defenderse de sus sentimientos, pero no la fe que vive.

La Biblia dice: Mi justo vivirá por su fe.

No es: Mi justo vivirá por lo que siente.
Ni:
Vivo por la fe a través de ser justa conmigo misma.

Tengo que ser justa para Dios y no para mí.
La justicia del hombre consiste en vengarse, pagar mal con mal, en defender y luchar por lo que se siente y no por lo que cree.

Entonces amiga lectora, verifica qué justicia has defendido, ¿la tuya o la de Dios?