FE EMOTIVA – Episodio 3: Iguala a Dios con Sus siervos

FE EMOTIVA – Episodio 3 : Iguala a Dios con Sus siervos

¿Conoce su debilidad? ¿Y sus cualidades?

Es muy bueno conocerse para que, así, pueda enfocarse en lo que tiene que cuidar.

Bueno, hoy voy a contar algo que realmente sucedió con los discípulos de Jesús:

“…Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. Mt 17:1 – 2

¡Observe que oportunidad! Aquel episodio de transfiguración estaba sucediendo delante de los ojos de aquellos tres discípulos de Jesús.

Y he aquí, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él. Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estar aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Mt 17:3,4

Observe que hubo algo errado en la actitud de Pedro. Y es esto lo que sucede con nosotros. A veces, hablamos sobre cosas que vienen a nuestra mente, pensando que es lo mejor, pero aquello no es pensado de forma racional.

Pedro quería agradar a Jesús haciendo una tienda, pero también a Moisés y Elías, porque ellos eran hombres usados por Dios en el pasado. Pero, al querer hacer tiendas para los tres, Pedro estaba igualando al Señor Jesús, a Moisés y a Elías.

Y muchas veces, las personas son tan gratas al hombre o a la mujer de Dios que consideran a los siervos de Dios como a Dios. Es decir, quieren igualar a Dios y a los siervos de Dios.

Observe lo que hace la fe emotiva, ella iguala a Jesús con los siervos de Dios.

El siervo de Dios debe ser respetado. Pero no podemos exaltar al siervo de Dios de la misma forma que exaltamos a Jesús.

Jesús estaba allí transfigurado, y revelaba Su plenitud y majestad del Dios Padre. Por eso Dios Padre interfiere, en medio de las palabras de Pedro.

Dios nos exhorta, delante de nuestra actitud errada. Y nos hace ver que debemos mirar a Jesús, a Su Hijo, que vino en forma de Siervo, para servir al Padre.

Cuando los discípulos oyeron esto, (a Dios Padre honrando al Hijo) cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: «Levántense y no teman.”” Mt 17:6,7

Cuando Dios habla, vemos nuestro error. Pero enseguida viene el Señor Jesús, que representa hoy en día el Espíritu Santo, y nos toca, y dice: “Levántense y no teman”.

¡¿No es lindo este Dios?!

¡Y Él está ahí con usted! Usted no Lo ve, pero Sus Palabras están vivas y puede sentir una certeza, una fuerza, y, principalmente, ¡la Paz que viene de Dios!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

1 comentário

  1. Tan maravillosa es la plenitud del Dios altísimo, Su Espíritu en mi vida dado por el Señor Jesús!

    Ver más