FE EMOTIVA – Episodio 2: La fe que siente lástima de sí mismo

FE EMOTIVA – Episodio 2 : La fe que siente lástima de sí mismo

Fe emotiva, ¿ha oído hablar sobre ella? Es una fe que no es de Dios, porque la persona no es impulsada a creer, sino a sentir.

La fe es la certeza de cosas que se esperan. Convicción de hechos que no se ven.

Observe lo que sucedió con los discípulos:

Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que Él era el Cristo. Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día.” Mt 16:20, 21

Desde que Jesús se identificó como el Cristo, Él empezó a hablar con los discípulos de forma más detallada de lo que Le pasaría. Pero, al oír todo esto, los discípulos temieron. Como ellos aún no habían sido bautizados con el Espíritu Santo, todo era motivo para sentirse inseguros.

Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá.” Mt 16:22

Yo puedo imaginar la situación aquí. Pedro pensando que estaba mostrando cariño y preocupación por el Señor Jesús, fue reprendido por Él.

Con seguridad, Pero no entendió nada. Así como usted, cuando defiende su sentimiento, pensando que tiene derecho de sentirse así.

¡Observe lo que la emoción hace con nosotros! Nos hace sentir pena de nosotros mismos, de aquello que tenemos que hacer.

Pero volviéndose Él, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Mt 16:23

¡A la emoción no la podemos tratar con cariño! Tenemos que ponerla en su lugar, que es sujetándose a las cosas de Dios y  no a la de los hombres.

Cuando esté sintiendo algo, con lástima de sí misma, por el sacrificio que tiene qué hacer, no hay otra manera de combatir la emoción a no ser pensando. Poniendo a Dios en primer lugar,

¡Fue eso lo que Jesús hizo!

Porque muchas cosas que la fe nos pide no son fáciles y hacen que nuestra carne padezca, pero este es el precio de aquellos que sirven a Dios en Primer Lugar.

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