FE EMOTIVA – Episodio 1 : La fe que no razona

FE EMOTIVA – Episodio 1 : La fe que no razona

Mientras que no comprendemos el sentido de las cosas, vamos a continuar haciendo las mismas cosas. No vamos a dejar de errar. Y errar tiene sus consecuencias.

Todos erramos, pero no deberíamos continuar errando.

Deberíamos aprender con nuestros errores.

Deberíamos observar con más precisión aquello que nos hace errar.

Vamos a un hecho descrito en la Biblia:

Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: Hombres de poca fe, ¿por qué discutís entre vosotros que no tenéis pan?” Mt 16:8

Si… nuestra naturaleza humana es así. Mira a las cosas de nuestro alrededor… Lo que vamos a comer, lo que vamos a vestir, lo que vamos a hacer el día de mañana, cómo vamos a pagar una cuenta, etc.

Pero, en todo esto, mucha gente pierde lo que Jesús enseña, lo que la Palabra de Dios orienta. Incluso tiene conocimiento, oye la Palabra en aquel momento, pero después se olvida.

Es esto lo que Jesús está diciendo a los discípulos. ¿Porque argumenta por cosas que no le van a ayudar? Como el pan, ¡que se lo come y después se acaba!

Lo que Jesús hablaba era algo sumamente espiritual.

Bueno, evalúe todos los días el tipo de conversación que usted tiene, aquello por lo que se preocupa.

Porque el mundo no quiere que usted piense, pero quiere pensar en usted.

Por eso, no huya de pensar, porque saber sobre sí mismo, va a enseñarle a tratar sobre aquello que realmente es importante – su alma.

¿Todavía no entendéis ni recordáis los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogisteis?” Mt 16:9

Observe cómo Jesús nos incentiva, a través de aquello que Él menciona, a mirar aquello que Él hizo.

Cómo Jesús nos trata cuando actuamos de forma errada al recordarnos las cosas que Él hizo, que Él enseñó.

Cuando usted está interesado en lo que Jesús habla, presta atención, pregunta, procura entender; es esto lo que sucede cuando estamos interesados en aprovechar la vida que Jesús nos quiere dar.

Yo amo aprovechar mi tiempo para aprender casas que son de allá, de mi hogar Celestial. ¿Y usted?

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*