EL CORAZÓN – Episodio 6: El corazón falso está contaminando

EL CORAZÓN – Episodio 6 : El corazón falso está contaminando

¿Ha pensado oír palabras bellísimas de alguien que dice ser su hijo, pero que vive distante de usted? ¿Cómo se sentiría?

Imagine, delante de las personas ese hijo o hija aparenta ser bueno, pero con usted es una mala persona, que no la trata bien, no la considera, no obedece sus instrucciones… 

¡Es exactamente así lo que muchos religiosos hacen con Dios!

Jesús dijo: “Este pueblo se acerca a Mí con su boca, y de labios me honra, pero su corazón lejos está de Mí.” Mt 15:8

Y hay mucha gente así dentro de las iglesias (e incluso fuera, pero que se dicen cristianas). Hablan bien de Dios, incluso dan testimonios, pero su manera de vivir es distante de Dios.

Solo se acuerdan de Dios a la hora de cumplir con sus rituales, pero no llevan una vida de acuerdo con la voluntad de Dios. Por lo contrario, quieren hacer que su voluntad prevalezca.

Pero en vano me honran; enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.” Mt 15:9

¿Ha pensado usted adorar a Dios en vano?

¿Ha pensado dedicar aquel tiempo en que usted glorifica a Dios, un tiempo falso, fingido, mentiroso? ¡Qué horror!

Muchos de los que dicen creer en Dios, Lo alaban con los labios, cánticos, pero todo es mentira. No aman a Dios.

Es muy fuerte pensar en nuestra vida espiritual. ¡Cuántos compromisos tenemos con nuestra alma! Y si usted no valora su alma, tampoco valora a Dios.

Jesús continúa hablando con aquellos que estaban allí.

Llamando junto a Él a la multitud, Jesús les dijo: «Oigan y entiendan: no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.” Mt 15:10 – 11

Observe cómo Dios actúa. Él enseña y nos pide que le oigamos y entendamos, es decir, para oír y comprender, percibir, captar.

Lo que contamina y que realmente le afecta, perturba y aflige es aquello que usted dice.

Todo lo que usted dice con sus palabras, en su día a día, habla sobre su cristianismo o no.

Tenga mucho cuidado con lo que usted está hablando, con las murmuraciones, palabrotas…

Y si peca en lo que habla, pida inmediatamente perdón a Dios. Y manténgase alerta.

Razone sobre su vida, y aproveche esta oportunidad.

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