Ep. 21 ¿Alguna vez has pensado en ser parte de la profecía negativa?

Nuestro reino es muy diferente del Reino de Dios.

En el Reino de Dios, en el Reino de los Cielos hay disciplina, hay responsabilidad.

En el reino de este mundo tú siempre eres la víctima, las personas te tienen que entender, tienen que ceder ante ti, las personas tienen que cambiar por ti, y de esta manera las personas viven su vida, incluso aquellos que dicen creer en Dios.

Jesús dijo así:

«Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará». Mateo 25:29

¿Has pensado en eso? El que tiene, tendrá aún más en abundancia, pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado, ¿qué quiere decir? ¿Es injusto el Reino de Dios? ¿Él da a los que tienen y quita a los que no tienen? ¿Cómo es eso?

El Señor Jesús está hablando de aquellas personas que saben, que escuchan la Palabra de Dios, tienen la oportunidad de elegir, aceptar la verdad o no.

Todos tenemos la oportunidad de elegir la verdad o no, pero solo la buscan aquellos que están interesados en la Verdad, que es Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida.

Y Dios le da en abundancia a esta persona que buscó, que invirtió en su vida espiritual, que buscó la verdad, porque no quiere andar en el error, no quiere ser injusto, no quiere presentarle a Dios eso, lo que le ofende, lo que entristece a Dios, al contrario, quiere honrar a Aquel que la salvó.

Estas personas que consideran a Dios, que aman a Dios, reciben de Dios, Y tendrán en abundancia porque buscan, están interesados en la verdad.

Pero al que no tiene, hasta lo que tiene se le quitará, ¿alguna vez pensaste en algo así? ¿Alguna vez has pensado en tener acceso a la verdad, pero aceptar unas y otras no, y terminar por no tener nada, y hasta lo poco que recibiste, que aceptaste, te lo quitarán?

Porque hay personas que aceptan ciertas verdades porque les gusta, otras no. Por ejemplo, que la otra persona reconozca su error me agrada, pero reconocer mi error no me agrada. Y entonces no cambio, pero le llamo la atención a la otra persona que quiero que cambie, es decir, quiero ciertas verdades y no otras. Entonces, hasta lo poco que tengo me lo quitarán, hasta lo poco que he construido en mi vida me lo quitarán, porque no valoro lo que me dice esa verdad, no valoro a Dios.

Cuando no valoras la verdad, no valoras a Dios, y ese es el punto.

¿Alguna vez has pensado en ser parte de una profecía escrita en la Biblia, pero de manera negativa? ¡Nadie lo quiere! ¿Y por qué la Biblia tiene esta profecía negativa? Porque todos tenemos nuestro libre albedrío que nos da la opción de lo que queremos en la vida.

Y hasta puedes escuchar hablar de Dios, ir a la iglesia, asentir y estar de acuerdo, pero en realidad por dentro piensas diferente, no aceptas esa verdad, tienes esas excusas, te sigues justificando, todo eso demuestra que no quieres la verdad.

Jesús dijo lo siguiente:

«Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden». Mateo 13:13

¿Has pensado en eso? ¿Ves que estás mintiendo, pero decides no verlo? ¿Escuchas la Palabra de Dios, pero eliges no entenderla? Justificas tus errores, aunque ves que cometiste un error, no lo admites y eliges no verlo.

Jesús continúa:

“Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice: «Al oír oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis; porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible y con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado, no sea que vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane»”. Mateo 13:14-15

La persona ya está escuchando con el corazón endurecido, ni siquiera se permite prestar atención a quién ha sido, pero ya se siente ofendido, victimizado por esa verdad, se siente incomprendido. Y todos estos sentimientos endurecen el corazón de aquella persona que escucha de mala gana y cierra los ojos.

Cerramos los ojos cuando no queremos mirar ni buscar, pero ya sabes, ¡cuando buscas, encuentras!

Y si una persona quiere, busca, cuestiona, habla con Dios, porque quiere justicia, simplemente quiere la verdad.

Pero los que no quieren la verdad, no oyen con los oídos, no quieren entender con el corazón y no se convertirán, y Jesús no podrá sanar. Porque si no quieres escuchar la verdad, no quieres entender, no quieres observar, no quieres mirar dentro de ti, no habrá conversión y Dios no podrá curarte.

¿Eres parte de esta profecía negativa? ¿De aquellos que reciben la verdad de mala gana? ¡Esto es grave! ¡Piénsalo!