Episodio 179 – Acusación

¡Pasar por momentos difíciles no es un juego! Todos ya pasamos por situaciones así, ¿pero ¿Quién es Dios?, ¿Quién eres tú?

Dios, el Creador de los cielos y de la tierra, envió a Su Hijo a este mundo, sabiendo que encontraría mentira, engaño e hipocresía. Nosotros sabemos que la mayoría de las personas de este mundo se engaña con las alegrías pasajeras, y que muchas no quieren la verdad.

Imagina, el propio Creador dejó que Su Hijo viniera a este mundo y pasara momentos difíciles solo con el objetivo de salvar a los que un día aceptarían la verdad.

Así es, el Señor Jesús Se sujetó a todo porque te valora, incluso permitió que Lo llevaran preso a causa de Su misión de salvarte, de sacarte del infierno.

Veamos lo que está escrito en la Biblia sobre este acontecimiento:

«Entonces llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua. Pilato entonces salió fuera hacia ellos y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Ellos respondieron, y le dijeron: Si este hombre no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado». Juan 18:28-30

Jesús no había hecho nada equivocado, había curado, había perdonado, le había dado la oportunidad de no morir a una mujer que estaba siendo condenada. Además, concientizó sobre la verdad, aunque algunos no quieran escucharla. A algunos les gusta engañarse, convencerse de que a su manera está bien, porque quieren estatus, dinero y fama.

«Entonces Pilato les dijo: Llevadle vosotros, y juzgadle conforme a vuestra ley. Los judíos le dijeron: A nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie. Para que se cumpliera la palabra que Jesús había hablado, dando a entender de qué clase de muerte iba a morir. Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y Le dijo: ¿Eres Tú el Rey de los judíos? Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de Mí? Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes Te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos; más ahora Mi reino no es de aquí. Pilato entonces le dijo: ¿Así que Tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha Mi voz». Juan 18:31-37

Jesús no estaba aquí buscando Su Reino, sino intentando dar testimonio de Dios, de la verdad, de quién era Dios, de cómo Él lidia con el pecador, con el que quiere cambiar de vida y con el que apenas está interesado en lo que Él puede dar, es decir, Sus bendiciones.

Jesús hizo el bien, pero ¿por qué era acusado por los principales sacerdotes y judíos? Porque estaban incomodados por la verdad.

¡Imagina sufrir solamente por amar! Eso Le sucedió a Dios, solo por amar y querer sacar a las personas del engaño, de la mentira y de la ilusión, fue odiado e incomprendido por ellas, porque querían que Él hiciera su voluntad.

Jesús no vino para buscar la gloria para Sí mismo, sino para cumplir Su misión. Como Él dijo: «… Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo…». En otras palabras: «Vine para este momento, el de ser traicionado e incomprendido, el de que ustedes no encontraran nada para culparme. Vine para llevar sobre Mí el pecado de todos los que asumen su fe. Daré Mi vida por las personas, daré Mi vida para que ellas no vivan más en la muerte. Nací para eso, vine al mundo para eso, para dar testimonio de la verdad».

Tal vez piensas que la verdad son tus conceptos, tu opinión, la aceptación de las personas o las conquistas de este mundo, pero el Señor Jesús vino para hablar, para dar testimonio de la verdad, y todo el que es de la verdad escucha Su voz.

¡Dios te dice eso ahora! Si quieres la verdad, escucha y hazle caso a lo que Dios está diciendo. ¿Qué haces con lo que Dios te dice? ¿Sigues en la misma situación, con la misma tristeza y con la misma conducta? ¿No tomas posesión de lo que Él te dice? ¿No lo aceptas?

Entiende que tu vida depende de lo que crees. Si aceptas y le da oídos a la voz de la Verdad, que es la voz de Dios, ¡recibirás vida!