Episodio -172 – ¿Influenciado o separado?

A aquellas personas que habían considerado a Jesús como el Señor de sus vidas, Jesús les dijo que no son del mundo, así como Él no es del mundo, y continúa:

«Santifícalos en la Verdad; Tu Palabra es Verdad.» Juan 17:17

Mira qué interesante, no basta con aceptar a Jesús como mi Señor, cuando no me santifico en Su verdad. Muchas veces me he sorprendido pensando en mi verdad, mi forma de pensar, mi forma de ver, las experiencias que viví en este mundo.

Aunque tengas a Dios en este mundo, al Señor Jesús como tu Señor y Salvador, es necesario que te separes de lo que te influencia, de lo que ya has vivido, sentido, aquello que te entristeció, cosas en las que terminas creando ciertas verdades, pero que no son la verdad de Dios, sino tu manera de pensar en la vida.

Aunque he tenido experiencias con Dios de que a mi manera no funciona, necesito estar separado en la Verdad de Dios, no en mi verdad. Y para eso necesito de una orientación, de la dirección de Dios.

La Voz de Dios, la Palabra de Dios es la Verdad, entonces necesito escuchar Su Palabra, necesito meditar en ella, necesito escuchar la Voz de Dios para poder ser santificado, separado de lo que me influye.

¿Cuántas veces te has dejado influenciar por tu verdad, por tu intuición, por lo que piensas? Pero desde el principio te diste cuenta de que tu verdad era mentira. Me he visto así… He visto que los sentimientos que tenía eran mentira. El miedo, la ansiedad eran mentiras, y necesitaba alejarme de lo que intentaba seducirme, aunque soy de Dios, lo siento y tú también.

Estamos tentados a sentir aquello que es contrario a lo que sabemos acerca de Dios. Por eso necesitamos ser santificados en la verdad de Dios y no en nuestra verdad. Hay una separación entre la carne y el espíritu. Dejas la carne y vives en el espíritu, es decir, razonas, y no te dejas influenciar por tus emociones.

La verdad es la Palabra de Dios, no tus sentimientos o circunstancias, y eso es a lo que tienes que aferrarte, apoyarte.

¿Cuántas veces te has aferrado a lo que pasó en esa situación? ¿En lo que escuchaste? Pero cuando te santificas en la verdad de Dios, entonces te separas de lo que dice la Palabra de Dios, de lo que dice Dios sobre esa situación.

Por eso es importante observar quiénes hemos sido, porque cuando evaluamos, pensamos en nosotros mismos y en lo que dice la Palabra de Dios, estamos en busca de la verdad, no de las circunstancias.

Y cuando queremos ver la verdad sobre nosotros mismos, hay una búsqueda, un interés, un cuestionamiento que nos hace preguntarnos sobre lo sucedido.

Una de las cosas de las que he hablado insistentemente con Dios es que Él me guíe en Su verdad, porque solo Su verdad puede liberarme de mis ideas equivocadas.

¿Cuántas personas van al infierno porque se guían por su propia verdad y no por la Palabra de Dios? Muchas personas están a la defensiva en este momento porque escuchan su propia verdad y no escuchan la Voz de Dios, su Palabra.

Pero somos cada uno de nosotros quienes tomaremos la decisión. Nadie está obligado a hacer la Voluntad de Dios, porque Él nos dio el libre albedrío para que cada persona pueda elegir el camino que quiere seguir.

Si quieres a Dios, entonces santifícate, sepárate de lo que te influencia. Sepárate, observa, vigila, porque si prestas atención a lo que quiere seducirte, influenciarte, te separarás del lugar y de las cosas adonde tus emociones quieren llevarte.

¡Y esto solo es posible cuando razonamos según la Palabra de Dios, que es la verdad, porque nuestro camino no es la verdad, tu forma de ser no es la verdad, mi pensamiento no es la verdad, la verdad es lo que Dios habla.!

Por eso necesitamos tener este interés en la Voz de Dios, en Sus pensamientos, y esto sucede cuando lees la Biblia y meditas, cuando vas a la iglesia, cuando te tomas un momento de tu día para observarte, para reflexionar y hablar con Dios.

En otras palabras, te estás observando a ti mismo todo el tiempo y esto es santificarte en la verdad de Dios.