- 19
- Jun
- 2024
Episodio 173 – ¿Qué hace tu Fe, te separa del pecado?
- 19
- Jun
- 2024
El Señor Jesús, el Unigénito del Padre, vino a este mundo con una misión, y en los momentos finales de Su vida aquí en la tierra, hizo una oración, en la que intercede por los que Le pertenecen, y dijo así:
«Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo.» Juan 17:18
¿Quiénes son estos que envió al mundo? Aquellos que Dios Padre le había entregado, es decir, aquellas personas que aceptan la verdad, que aceptan la justicia, la verdad y la guía de Dios.
«Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.» Juan 17:19
Quiere decir que el Señor Jesús, que es perfecto, en quien nunca hubo pecado, Se santificó, Se separó para que nosotros seamos santificados en la verdad, es decir, lo que le pidió a Dios no fue algo que no hizo, pero porque lo hizo, también puede pedir al Padre por nosotros.
Pero, ¿cómo seremos santificados en la Verdad? ¿Será con nuestra verdad? ¡No! Porque nuestra verdad nos engaña, nuestros sentimientos mienten, nos dejan engañados. Y cuando escuchamos nuestra emoción, no estamos separados de este mundo y no podemos ser santificados.
Entonces, ¿cómo santificarse? ¿Cómo podemos separarnos de nuestras voluntades y sentimientos, si es algo natural en el ser humano? Esto solo es posible cuando tienes tu mente enfocada en agradar a Dios. Cuando tienes este objetivo, te das cuenta de cómo estás actuando y entonces no te engañas con tus sentimientos. ¿Y qué haces con la fe que tienes en Dios? ¿Haces la voluntad de Dios o la tuya?
Quien tiene una fe inteligente reconoce que Dios es soberano y sabe que su propia voluntad no conduce a una vida feliz, sino a una vida de ilusión. El Señor Jesús fue el ejemplo, hizo Su Parte y fue el Testimonio del Propio Dios, de Su fidelidad, de Su perfección, Él caracterizó perfectamente al Padre, y no tenemos excusas de que Dios no existe, porque Él vino a este mundo para tener una referencia de quién es Dios.
El Señor Jesús intercede por quienes han recibido Su Palabra, la verdad, la justicia, y también ruega por quienes aún están por creer:
«Más no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra… » Juan 17:20
¡Qué lindo! Significa que el Señor Jesús oró por nosotros, sabía que seríamos tentados a contaminarnos por nuestras propias emociones. Él sabe que somos susceptibles a los errores, a las emociones, a los sentimientos, y que esto nos engaña. Entonces Él intercedió por nosotros. ¿Y por qué Jesús intercede ante el Padre por nosotros? Debido a que Él vino a este mundo, supo en Su propia carne que así como Él fue tentado, nosotros también lo somos.
Por eso, Jesús intercede con autoridad porque sabe lo que vivimos aquí en esta tierra, y ruega, pide por aquellos que habrían de creer en Él. Quizás pienses: «Ah, pero he ignorado a Dios, no he aceptado Su Palabra, he actuado mal, he sido una persona injusta y me siento indigno…»
¿Pero sabías que cuando quieres justicia, empiezas a sentir este asco por lo que has sido? Esto me pasó a mí. ¿Sabes cuando ya no quieres lo mismo? ¿No quieres actuar de la misma manera? Estos son los que creen, los que aceptan y quieren la justicia. Cuando escuchas y deseas el Camino, la Verdad y la Vida, demuestra que crees, pero necesitas tomar una decisión: aceptar vivir lo que anhelas creer.
Y esto es posible cuando crees, cuando aceptas y dices: «Yo soy esa persona, y quiero abandonar mi error y todo lo que me ha mantenido alejado de Dios, ¡Yo quiero!».
Si dices eso, entonces aprovecha este momento, ve a un lugar aparte y habla con Dios. Si tienes que llorar y exponer todo lo que has hecho (e incluso te ha gustado), hazlo y dile a Dios que estás dispuesto a abandonar esta vida. ¡Hazlo ahora! Porque tienes el poder de tomar esa decisión ahora mismo.
¡Ahora es contigo!