Episodio 163 – ¿Soporto la verdad y hablar abiertamente?

¿Te imaginas a Dios hablándote abiertamente de todo lo que necesitas? ¿Y has hablado con Él abiertamente sobre todo lo que necesitas hablar? ¿Existe este vínculo, esta relación entre ustedes dos o simplemente tratan a Dios como una religión, simplemente cumplen con sus deberes y no tienen una relación con Él?

Bueno, Jesús habló mucho en parábolas, en comparaciones, en historias sobre la vida diaria de la gente, pero no habló abiertamente, porque la gente no tenía la estructura para escuchar ciertas verdades, no las entenderían.

Y Jesús habla de esto: «Estas cosas os he hablado en lenguaje figurado; viene el tiempo cuando no os hablaré más en lenguaje figurado, sino que os hablaré del Padre claramente. En ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí del Padre. Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo, dejo el mundo y voy al Padre.» Juan 16:25-28

Jesús cumplió Su misión, y todo aquel que acepta al Señor Jesús, Su guía, dirección, mandamientos, ama a Jesús. Y amando a Jesús, amas a Dios y Dios te ama, el Padre te ama, porque tú has amado a ese Hijo que Él envió para ti, es decir, creíste que Jesús vino de Dios.

Pero imagina que tienes tus argumentos, tus preguntas, y cuando estás hablando con alguien, la persona te está hablando, pero dentro de su mente dice: «Ah, no es así, eres tú quien piensa así. Oh, no lo creo, lo dices porque es fácil para ti…» Y empiezas a tener argumentos dentro de tu cabeza, ni siquiera necesitas hablar, pero por dentro argumentas, no crees, no recibes.

Y mucha gente hace esto con Dios. Hemos estado hablando del Señor Jesús, y ustedes siguen argumentando, es decir, no reciben el Don de Dios, que es el Señor Jesús, que les enseña, que dio su vida por ustedes, pero prefieren seguir discutiendo, cuestionando, por eso no crees en Aquel a quien Dios envió. Imagínate, Dios envió a Su Hijo con una misión, pero la gente en ese lugar no lo aceptó.

De esto es de lo que Jesús habla claramente en este pasaje, pero no sé si los discípulos entendieron. Ahora te pregunto: ¿tienes esta relación con Dios? Tratas a Dios como una religión, pero ¿tienes tus argumentos en tu cabeza cuando escuchas acerca de Sus mandamientos? Si sigues poniendo tus defensas, tus argumentos, tus métodos, tu manera, entonces por eso no aceptas, no crees. ¿Y sabes qué pasa?

El tiempo pasa y te quedas estancado, porque aceptaste tus pensamientos y no elegiste creer en lo que Dios envió. Incluso una persona enviada por Dios, un siervo de Dios, que tiene el Espíritu Santo, que te ha hablado, o sea, vives con tus defensas, y Dios no puede hacer nada.

«Sus discípulos le dijeron: He aquí que ahora hablas claramente y no usas lenguaje figurado. Ahora entendemos que tú sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que tú viniste de Dios.» Juan 16:29-30

Jesús ya había dicho innumerables cosas, pero los discípulos no entendieron. Esto es lo que pasa cuando una persona no entiende a Dios, pasa desapercibido, e incluso hay cierto rechazo, a veces, incluso termina desvalorizándose, porque como la persona no entiende, lo deja pasar.

Y Jesús dijo esto: «Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y, sin embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.» Juan 16:30-33

Jesús estaba preparando a los discípulos para lo que pasarían, a través del miedo, el pavor, las dudas y las aflicciones que sucederían. Y Jesús decía esto para que tuvieran paz, para que guardaran lo que el Señor Jesús había dicho.

En otras palabras, “serán perseguidos, nos eran comprendidos, aunque hables la verdad, no van a ser amados, pero confía, yo he vencido al mundo con todas estas aflicciones que he llevado dentro de Mí, así que ya no necesitas cargar con esto, ¡tened buen ánimo, no desanimen, ni desconfiados, ni sean maliciosos, porque yo he vencido al mundo!”

Jesús venció y tú también tienes que vencer estas aflicciones, prestando atención a lo que Él dijo.

¿Y permitirás que esto suceda? ¿Guardarás las palabras del Señor Jesús o pensarás que todo está bien y olvidarás los momentos difíciles?

¡Es por eso que, debemos observar nuestra vida para estar preparados para los momentos difíciles que atravesaremos en este mundo!