Episodio 161 – La tristeza que se convierte en alegría

Cuando vivimos un problema, una situación difícil, un dolor, lloramos, nos lamentamos, nos angustiamos, a veces no creemos en el mañana y pensamos mal de la vida, de Dios y de todos.

Algunas personas, tan decepcionadas, incluso piensan en quitarse la vida. Si estás viviendo esta situación, presta mucha atención a lo que tengo para decirte.

Quizás ya has oído hablar de Dios, de una vida mejor, pero estás tan triste que ya no crees en nada, sin embargo, Jesús dijo esto:

«En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, pero el mundo se alegrará; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.» Juan 16:20

¿A quién le estaba hablando Jesús aquí?

Hay dos tipos de personas: las que están interesadas en conocer a Jesús, en vivir, en aprender, y otro tipo de personas que están sufriendo, pasando por momentos difíciles, en las que el dolor, la desilusión es tan grande, que solo piensan sobre cómo resolver estos problemas.

Y hay situaciones en las que la persona no ve salida, por ejemplo, si perdió a un ser querido, perdió esa seguridad, esa protección que tanto tenía, y ahora se siente triste, está llorando.

Pero ¿qué quiso decir Jesús en este pasaje acerca de convertir la tristeza en alegría?

Jesús caminó con los discípulos, les enseñó, les explicó todo, pero ellos no entendieron mucho.

¿Sabes esa información que tienes, pero no la entiendes, no la has probado? ¿Esa información está en el exterior, no en el interior? Esto es lo que les pasa a muchas personas, que incluso han oído hablar de Dios, pero no tienen vida, no tienen a Dios.

Entonces Jesús estaba diciendo que, en realidad, Él moriría en la cruz y los discípulos permanecerían allí sintiéndose solos e impotentes. Pensaron que Jesús se quedaría con ellos toda la vida, pero Jesús se quedó por muy poco tiempo.

Jesús estaba hablando de este tiempo, que ellos estarían tristes y el mundo estaría feliz, ¿y por qué? Porque el mundo estaba centrado en el libertinaje, que es el pecado deliberado, injusticia, hacer su voluntad, y no lo justo, lo perfecto.

El mundo se alegra por la injusticia, y los que buscan lo correcto y lo justo se entristecen, porque no pueden comprender la situación que viven.

Por eso, Jesús les estaba diciendo que su tristeza se convertiría en alegría. Pero, ¿cómo es esto posible?

Cuando estamos tristes, angustiados, decepcionados, incluso con nosotros mismos, lo buscamos, lo necesitamos, y cuando alguien nos muestra la verdad, aprovechamos la oportunidad, la aceptamos y la obedecemos.

Pero cuando estamos alegres, ¡a menudo ni siquiera pensamos en Dios! La mayoría de las personas, cuando están alegres, hasta se olvidan de Dios. Sin embargo, en momentos de tristeza buscan a Dios, aun sin saber orar, se abren, hablan lo que hay dentro de ellos, sin que nadie les enseñe nada.

Esto se debe a que la tristeza empuja a la persona a buscar a Dios, la mayor parte del tiempo.

Jesús continúa hablando:

«Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo.» Juan 16:21

Esto es lo que pasa cuando una persona tiene dolor en el alma, porque empieza a pensar en Dios, en el alma, ahí es donde entiende y quiere buscar a Dios.

Entonces, los discípulos estaban con Jesús sintiéndose amparados, dirigidos. Jesús hizo milagros, enseñó, guio, nada les faltó, a pesar de no vivir en sobreabundancia, Jesús vivía del hoy, hizo multiplicar los panes y los peces, y dio a la multitud, y los discípulos vieron todo esto.

Jesús resucitó a los muertos, apoyó, dio palabra de vida a los que sufrían, los discípulos vieron todo esto, y aprendieron cosas visualmente impactantes, pero esto era afuera, sintieron esta alegría, este apoyo con Jesús a su lado, pero cuando Jesús fue hecho prisionero y luego murió en la cruz, estaban desesperados, porque el Jesús que resucitó a los muertos, que curó a los enfermos, que habló de vida,

¡ahora parece haberlo perdido todo!

Los discípulos no entendieron nada, pero ese dolor era necesario para buscar a Dios, de hecho y en verdad.

Quizás estás experimentando este dolor, estás insatisfecho con tu forma de ser, te sientes incómodo con la forma en que has actuado, con la forma en que has vivido, lleno de conflictos, mira lo que dijo Jesús:

«Por tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero Yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo.» Juan 16:22

¿Qué alegría es esta que ningún problema me quita? ¡Este gozo es el gozo de tener a Dios dentro de ti! ¡Tener el Espíritu de Dios, la Mente de Cristo dentro de ti!

Ya sabes, incluso cuando estás solo, conduciendo, en el trabajo o en tu familia, con gente, puedes escuchar a Dios guiándote en tu vida diaria, ¿alguna vez has pensado en algo así? ¡Es algo sorprendente!

Por eso, cuando tienes a Aquel que guía a la verdad, tienes el gozo que nadie te quita, ¡porque no estás desamparado, ni huérfano, ni abandonado! Dios no hace acepción de personas, incluso cuando fallas, Él está ahí guiándote, y por eso nadie te quitará esta alegría, ¡porque Él vivirá dentro de ti!

Me quedo aquí hirviendo, porque tengo muchas ganas de que conozcas a este Dios, que no dependas de las personas, de las cosas de fuera, porque ellas no te apoyan en las dificultades, con ellas no tienes dirección.

Pero cuando tienes el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios dentro de ti, entonces tienes al Creador de los cielos y de la tierra mismo.

¡Tienes a Aquel que te creó, que te conoce, que sabe tratar contigo muy bien!

¡Ah!, tú tienes la Cosa más rica, el Tesoro más Grande de este mundo, ¡y eso es lo que Dios quiere darte!

Esta tristeza que tienes se convertirá en alegría, ¡pero es una alegría que nadie te podrá quitar!

¿Y cómo sucederá esto? ¡Cuando hablas con Dios, cuando buscas a Dios con todo tu corazón!

¡Y esta situación crítica, de dolor, es la que te lleva a hablar con verdad, con sinceridad, a vaciar el alma, a desahogarte con Dios!

¡Hazlo ahora y disfruta de que este Dios te está viendo y está esperando este momento contigo!