Episodio 153 – Amar aún siendo odiado

Dios hizo Su parte, dio a Su Único Hijo, el Señor Jesús, para venir a este mundo, para hacer Su Obra, para servir al Padre.

Y Jesús hizo esto hasta el final, y fue hasta la muerte de cruz para cargar sobre si, nuestros pecados. Él fue el ejemplo del Padre, sirvió hasta el final, y hasta en la cruz, cuando los soldados dijeron palabras horribles tentando a Jesús, Él los perdonó.

El Señor Jesús fue el ejemplo, sirvió al Padre en todo tiempo. Él no vino a este mundo para disfrutar la vida, Él ya tenía vida con el Padre, la mejor parte de Su vida es estar con el Padre, nada en este mundo podría reemplazar el deseo de estar con el Padre.

Y, por amor por el Padre, vino a servir y pagar el alto precio para arrancarnos del infierno, y no vivir condenados por toda la eternidad.

Antes de morir, Jesús dijo a sus discípulos:

«Esto os mando: que os améis los unos a los otros.» Juan 15:17

Tú sabes que amarnos no es tan fácil, especialmente cuando hay diferencias, cuando no hacen lo que queremos. Amarnos unos a otros con nuestras imperfecciones no es para todos, pero es el mandamiento que dio Jesús, y es lo más difícil para cualquiera que no sea nacido de Dios.

Jesús dijo así: «Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.» Juan 15:18

Entonces, tienes que amar y saber que el mundo te va a odiar, porque odio a Jesús, aun haciendo el bien, aun enseñando la verdad, mostrando el camino. Jesús fue odiado y nosotros también seremos odiados.

«Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que Yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia.» Juan 15:19

Cuando era niña, aun sin conocer a Jesús, ya tenía enseñanzas cristianas y en la escuela me odiaban. Una vez, mi hermana y yo íbamos a la escuela en el autobús y los otros niños nos tiraban basura porque nos odiaban mucho.

Cuando aceptas la verdad, aceptas la luz, eres odiado, porque la gente vive en la oscuridad, la gente quiere vivir en el pecado, en la inmundicia, quiere hacer todo lo que está mal y quiere ser aprobado por los hombres.

Pero quien es luz, quien obedece a Dios, se siente incómodo con el pecado, será odiado por el mundo a causa de su fe. ¿Estás preparado para esto? ¿O quieres ser amigo del mundo y enemigo de Dios?

Amar a Jesús es ser odiado por el mundo, porque caminarás en la verdad, caminarás en la justicia, incluso te autocorregirás en lo que estás haciendo mal. Amar a Jesús significa odiar el pecado, el engaño, odiar todo lo que es injusto y hacer lo correcto con las demás personas, no dependiendo de lo que hagan o dejen de hacer, sino que seguirás amándolos, así como Jesús nos ha amado a nosotros.

Somos imperfectos, y si recibimos este amor, esta compasión, esta misericordia de Dios mismo, ¿por qué no respetar a otros como nosotros con sus errores? No puedes imponer tu voluntad, tu camino a nadie, hay que respetar a las personas. Y cuando respetas, amas, haces tu parte.

Jesús dijo:

«Acordaos de la palabra que Yo os dije: «Un siervo no es mayor que su señor». Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron Mi Palabra, también guardarán la vuestra.» Juan 15:20

Así como el Señor Jesús fue perseguido, también serás perseguido. Así como guardaron las palabras del Señor Jesús, también guardarán sus palabras. Por eso tenemos que hacer lo correcto, porque cuando hacemos lo correcto ante Dios, nuestra conciencia está tranquila y tenemos paz para afrontar cualquier cosa.

Pero cuando una persona tiene “deuda con el diablo”, ¡es diferente! Entonces no eres perseguido por causa de Jesús, sino porque te has equivocado, porque no eres una persona justa, no te corriges.

Entonces, no estamos hablando de este tipo de personas, sino de aquellos que aman al Señor Jesús. Las personas que aman al Señor Jesús serán perseguidas y tenemos que estar preparados para eso.

Jesús dijo: «Pero todo esto os harán por causa de Mi Nombre, porque no conocen al que Me envió.» Juan 15:21

Serás perseguido porque haces lo correcto, por el Nombre de Jesús, porque obedeces la Palabra de Dios. ¿Y estás dispuesto a pagar este alto precio por amar, aunque te odien? ¿Servir a Jesús, aunque la gente lo odie?

¡Piensa! Porque la fe es una responsabilidad que tiene cada persona. Si crees en Jesús, entonces tendrás que asumir las responsabilidades, y esto no agradará a todos, incluso tendrás que hacer lo que Jesús ordenó: amar a tu prójimo como a ti mismo.