Episodio 152 – ¿Tú eres amigo? 

La mayoría de las personas tienen un amigo, y con ese amigo hablan de todo, incluso sus momentos difíciles. ¿Y sabías que Dios también tiene un amigo? ¡Así es! Pero si no vemos a Dios, no tocamos a Dios, ¿Cómo es que puede tener un amigo? Jesús dijo así:

«Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre.» Juan 15:15

Cuando no eres amigo de una persona, estás inseguro, tratando de agradar, pero el que es amigo es transparente, comenta todo, no tiene miedo de nada, y así es Dios con los que obedecen Su Voz.

Porque, si no lo escuchas, no lo aceptas, no sigues su guía, ¿crees que Él será tu amigo? No, Dios respeta. Pero hay aquellos a quienes Dios hace amigos, por ejemplo, Abraham y Moisés eran amigos de Dios. Y a quienes son sus amigos, Dios les habla todo, sin temor a malinterpretar, juzgar mal o alterarse.

Jesús trató a sus discípulos como amigos, porque dio todo lo que el Padre le había enseñado, todo lo que el Padre le había hecho, se lo transmitió a sus discípulos.

Jesús dijo todo, no había miedo ni recelo.

Y yo pregunto: ¿Eres amigo de Jesús? ¿Le has estado contando todas las cosas? ¿Cuentas con Él? ¿No te da miedo lo que Él pensará o lo que te dirá? ¿Ha estado hablando contigo?

Porque cuando somos amigos, somos transparentes. Sabes, es un privilegio tener a Dios como mi Amigo, porque cada vez que he estado en problemas, Él me ha hablado, me ha enseñado, me ha guardado, me ha protegido y ha visto todo lo que he hecho.

¡Tal como Él te ve!

Y hay una cosa genial, Dios me habla cuando tengo los ojos abiertos, atenta, a veces estoy almorzando o cenando, y Él me habla. En las cosas simples, Dios me guía. Y cuando Él habla, te sientes muy amado. Jesús lo dijo así:

«Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca…» Juan 15:16

En otras palabras, Él te eligió para que des frutos, y no quedes a la expectativa, esperando que caigan cosas del cielo. ¡Tienes que ir y dar frutos! Para que este fruto permanezca, tu cambio no puede ser algo artificial, sino que debe haber verdad.

Y el fruto permanece cuando la Palabra permanece dentro de ti.

«…para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.»Juan 15:16

¡Es muy fuerte! Este Dios quiere ser un amigo, quiere tener una relación contigo, quiere traerte alegría, no quiere oprimirte.

Cuando Dios habla de mandamientos, orden, disciplina, ¡es para nuestro bien! No es matar, angustiar o deprimir a una persona, al contrario, los mandamientos de Dios, las orientaciones de Dios, sus enseñanzas son para nuestro bien, para la vida eterna.

Observa que Dios quiere relacionarse contigo, pero no todos están dispuestos a escuchar a Dios, no todos son humildes. ¡Aprende a hacer amistad con Dios! Esta amistad consiste en que hables con Él.

Imagínate, algo pasó en tu día, con tu familia, en el trabajo, algún tema, un sentimiento, y pudiste hablar con Dios. ¡De esta manera te acercarás más a Dios!

La persona superficial intenta ser agradable, intenta decir palabras bonitas, pero no es original, no dice lo que piensa, lo que siente, porque tiene miedo.

Pero cuando tienes amistad con Dios, eres transparente. ¡Aprovecha este momento y habla con Dios, porque Él te está esperando!