Episodio 150- ¿Cómo ser discípulo de Jesús?

Un discípulo es aquel que aprende, pero ¿Cómo puedo ser discípulo de Jesús?

Jesús lo dijo así:

«En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois Mis discípulos.» Juan 15:8

Entonces, piensa conmigo: si voy a ser discípulo, voy a aprender, dar mucho fruto, es decir, todo lo que he oído, todo lo que Él me ha enseñado y he practicado, esto ha traído consecuencias que glorifican a Dios, que muestra a Dios en mi vida.

Por tanto, no es coherente que un discípulo, que aprendió con Jesús, esté triste, angustiado, deprimido. Algunos pueden incluso tener una posición de discípulo, como obrero, pastor, diácono, pero no son verdaderos discípulos.

Un verdadero discípulo es aquel que da mucho fruto y glorifica a Dios con su propia vida, es decir, les dice a otras personas que Dios está Vivo, que Dios obra en el ser de la persona. Después de todo, si he aprendido y puesto en práctica todas esas enseñanzas que Jesús me ha enseñado, entonces produciré muchos frutos, ¡y eso es maravilloso! Y Él habla así:

«Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.» Juan 15:9-10

Entonces, aunque sea discípulo, ¿puedo dejar el amor de Cristo? ¡Sí! Porque para permanecer en el amor de Jesús, tengo que guardar Sus mandamientos. Y guardar no es tener conocimientos ni hablar de ellos, ¡guardar es ponerlos en práctica! ¡Cuando guardas los mandamientos de Dios, vas a dar mucho fruto y el amor de Jesús estará en ti! Como dijo Jesús:

«Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor….»,

por eso, no me rendiré, no me desanimaré, no dejaré que mis malos ojos me corrompan… porque somos tentados a juzgar, a veces, incluso hasta envidiar, pero si lo guardo, es decir, si respeto a Dios, notaré que algo anda mal, que eso no es lo que Jesús me ha enseñado, y así decidiré. poner en práctica sus mandamientos.

En otras palabras, perdonar, sacar aquel juzgamiento, esa envidia, ese mal sentimiento, para permanecer en el amor de Jesús. Jesús también fue tentado y permaneció en el amor de Dios Padre, porque guardó, respetó, consideró a Dios Padre sobre todo, más que cualquier otra cosa. ¿Y has considerado a Dios? ¿Has permanecido?

Si dices: “No lo he guardado, me olvido completamente de Dios en tiempos de problemas. Quiero imponer mi voluntad…” Bueno, si has observado lo que te ha sucedido, no es para condenarte, para culparte, porque el diablo precisamente usa la culpa, la condenación, el sentimiento de inferioridad, pero Dios no lo hace así.

Cuando Dios muestra nuestros errores, nuestros pecados, nos indica que actuemos de acuerdo con lo correcto. Imagina, ¿Cómo voy a cambiar si nunca tengo claro qué me pasa? Cuando te pedimos que te evalúes es para que te veas.

Inclusive, habla con Dios: “Dios mío, quiero ver cuál ha sido la raíz de mi problema, porque si hoy no soy discípulo, si no soy muy feliz, si no doy mucho fruto, aun así teniendo un cargo eclesiástico en la iglesia, ¡quiero ver!» Cuando eres sincero, cuando hablas con Dios, entonces Dios responde y hace lo que tú no puedes hacer.

«Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto..» Juan 15:11

Hay personas que sólo tienen alegría temporal, ¿y sabes por qué? Porque ella no permanece en el amor de Jesús.

¡Tú y yo necesitamos permanecer en el amor de Jesús! Pero ¿Cómo permanezco en ese amor, guardando Sus mandamientos? Entonces, aunque sea probado, tentado, consideraré cómo me está viendo Dios, qué es lo que tengo que hacer en relación a aquello por lo que estoy siendo tentado.

¡En definitiva, todo tiene que estar sujeto a lo que enseña Jesús! Mira que eres muy feliz cuando cumples tu parte con Dios, pero si lo dejas ir, si te desvías, entonces no hay manera de que el gozo, la alegría, permanezca dentro de ti. Y si esto sucede es porque no has aprendido de lo que has guardado, de lo que has vivido con Dios.

Así que permanece en el amor de Jesús para que tu alegría sea completa y no algo artificial. Porque el amor de Cristo no es una sensación, es una decisión de quienes han guardado los mandamientos de Jesús.