Ep. 15 ¿Dónde construyo mi vida?

Hemos estado hablando del Reino de Dios, del Reino de los Cielos. ¿Y qué nos dice Jesús a nosotros que vivimos en un mundo en el que somos muy vulnerables?

«Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca;» Mateo 7:24

Ya saben que he estado en la iglesia desde niña, nací en la Iglesia Universal, y siempre escuché enseñanzas sobre el Dios de mis padres, y también en la iglesia, mientras mi padre predicaba, hasta que un día conocí a Jesús, recibí el Espíritu Santo y comenzó una nueva jornada en mi vida.

Y a medida que conoces a Jesús, conoces Sus pensamientos, comprendes Su voluntad. No entendemos todo al principio, cuando somos bautizados con el Espíritu Santo, pero vamos entendiendo poco a poco.

Y en varios momentos Dios no hizo lo que yo quería, y mencioné aquí hace poco lo que más me dolió, lo que fue más difícil de abandonar, cuáles eran los niños que pensé que iba a adoptar, ya tenía un cariño por ellos, estaba todo listo, pero nada sucedió como pensé que sucedería.

Y cuando Dios no hizo a mi manera, me reveló quién estaba siendo, y en ese momento tuve la opción de amar a Dios, por quién ha sido en mi vida o amar mi voluntad.

Obviamente, como ya conocía a Jesús, elegí amar Su Voluntad. Porque cuando conoces verdaderamente a Jesús, no es una emoción ni un entusiasmo, es algo real.

Y llegas a conocer a Dios con el tiempo, más aún, cuando pasas por dificultades, y luego descubres que en ti no hay perfección como crees tener.

Crees que eres una buena persona, que quieres servir a Dios, que estás haciendo lo correcto, pero cuando te contradicen, llega el momento de la verdad, cuando no sabes mucho de ti mismo.

Y este momento de contradicción revela mis reacciones, mi comportamiento, escucho mis palabras, que normalmente no se dicen cuando todo está bien, y entonces me conozco a mí mismo. Y fue en esos momentos en que Dios me contradijo, que me permitió descubrir que no hay perfección en mí, como pienso que la tengo, y que Lo necesito.

Entonces, cuando me encontré cara a cara con mi egoísmo, con mi falta de fidelidad hacia Dios, porque le había dicho que solo le iba a servir a Él, y no a mí misma, y nunca imaginé que algún día lloraría por querer que prevaleciera mi voluntad, porque tenía la pureza de servir a Dios, pero después del tiempo, quise ser servida, ¡Dios mío!

Pero eso solo se reveló cuando me contradijeron, y luego también reveló a quién amaba más que a todo.

Esa verdad que estaba siendo expuesta sobre mí me reveló el dolor que tenía, el dolor de querer mi voluntad. Porque hasta entonces, mientras no veía, no tenía claro quién estaba siendo, solo sentía mi dolor, pero cuando Dios reveló quién era, entonces comencé a sentir el dolor de quién estaba siendo delante de Dios, no más según mi voluntad. Quería servir a Dios, pero lo quería a mi manera.

Entonces Jesús habla mucho de esto: «Todo el que, pues, oye estas palabras mías y las pone en práctica…», practicar es poner en acción, en sujeción, es someterse a su voluntad. «… Será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca;» Mateo 7:24

Entonces, el que practica, el que acepta es el que es humilde y reconoce sus faltas, y esta persona es semejante al hombre prudente que construyó su casa, es decir, su vida, sobre la roca.

«Y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca». Mateo 7:25

Quien escucha la Palabra de Dios y la recibe, esa persona no es “hurra – hurra”, no se alegra por algo que hace por un tiempo, pero acepta ponerlo en práctica. Entonces ella edificará su vida sobre la roca.

Y construir sobre roca es más difícil que sobre arena, es algo que hay que hacer con fuerza, hay que colocar la base de tu casa en el fondo de la roca, para que cuando llegue la lluvia, los ríos, los vientos, esa casa no cae, porque la casa, su vida Está sobre la roca, sobre Jesús.

La roca simboliza a Jesús.

«Y todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción». Mateo 7:26-27

Verás lamentablemente en las noticias, muchas casas que se destruyen, cuando viene el viento o la lluvia, esto es porque la base de la casa no estaba bien cimentada, fue construida encima de la tierra, fue algo rápido. Y claro, cuando vienen los problemas, llega la lluvia, esa casa no aguanta. Y lo mismo sucede en tu vida con Dios.

Para mí es muy fuerte pensar en esto, porque tantas personas que estuvieron a mi lado, que aparentemente les iba muy bien, sus vidas fueron cambiando, pero el tiempo pasa, y luego descubrimos dónde construyó la persona su vida, si estaba sobre la roca o la arena.

¿Y cómo sabrás la diferencia? Por el resultado de la vida de esa persona a lo largo del tiempo. Al principio parece que todo está bien, pero con el tiempo, solo los que verdaderamente son de Dios, los que verdaderamente nacieron de Dios, se vuelven firmes.

El que construye la casa sobre la arena se engaña a sí mismo. Ella construyó una casa, pero era sobre arena, o sea, hubo un momento en que disfrutó de esa casa, pero cuando llegaron los problemas no pudo soportarlo.

Y observe que los problemas vinieron tanto para los que construyeron la casa sobre la roca como para los que construyeron la casa sobre la arena. ¿Y quién queda? El que la construyó edificó la casa sobre la roca.

Construir tu casa sobre la roca es tu vida. No hablo de dinero, posición, logros, sino de tu vida, de quién eres realmente, de quién eres ante los problemas.

Cuando te enfrentas a problemas, ¿quién eres? Si tu vida se basa en lo que proyectas, en tus sueños, en casarte, en comprar, entonces tu vida está en la arena, y cuando lleguen los problemas, estarás en contra de lo que tú mismo le dijiste a la gente, de su propio sacrificio, que es contra lo que ellos están en contra, pero solo el tiempo revelará quién es quién.

Sabes, en lugar de preocuparte por las cosas que este mundo valora, ¿por qué no mirar quién eres? Porque quién eres te dirá dónde estás construyendo tu hogar.