- 25
- Jul
- 2024
Ep. 14 Voluntad
- 25
- Jul
- 2024
Tal vez seas una persona eficiente, trabajadora, que habla de Jesús, expulsa demonios, hace maravillas, milagros y con todas esas características, en nuestro reino, todo el mundo dice así: «Guau, esa persona es de Dios, ese siervo es de Dios, esa sierva es de Dios, porque ella hace todo eso, ella habla de Jesús, ella expulsa demonios, ella hace muchos milagros.»
Entonces, en la cabeza de las personas en este mundo, si tienes resultados positivos, entonces es porque Dios es contigo, eres una persona usada por Dios, pero, ¿Qué dice el Señor Jesús?
«No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el Reino de los Cielos, si no el que hace la voluntad de mi Padre que está en Los Cielos». Mateo 7:21
Entonces, no es porque yo digo Señor, que voy a entrar en el Reino de los Cielos. No es porque aparentemente, estoy sirviendo a Dios, que voy a entrar en el Reino de Los Cielos. ¿Y por qué no? Porque el Señor Jesús lo dejo bien claro: «No todo el que Me dice: «Señor, Señor», entrará en el Reino de Los Cielos, si no el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos». Mateo 7:21
¿Y cuál es la voluntad de Dios? La voluntad de Él es algo justo.
¿Por ejemplo, te voy a decir algo, yo leo la Biblia, oro, voy a la iglesia, doy el diezmo, cumplo con mis deberes a los ojos de todo el mundo, pero cuál es la voluntad de Dios? La voluntad de Dios es que, mientras yo hablo de Jesús, voy a la iglesia, doy el diezmo, oro, leo la Biblia, que yo sea verdadera. Puedo hacer todo eso, pero si no hago la voluntad de Dios, no voy a entrar en el Reino de Los Cielos.
La voluntad de Dios es que yo sea verdadera, es que cumpla aquello que yo he leído, es que asuma mis errores, que hable la verdad y obedezca Su Palabra.
Y para hacer la voluntad de Dios, y obedecer Su Voluntad, entonces voy a contrariar a la mía. Hubo muchas ocasiones en la que yo contrarié a mi voluntad, y no le di importancia a ella, coloque la voluntad de Dios que es Justa, Perfecta, Pura, encima de la mía. Aunque en aquel momento, no lo vi así, pero yo respeto a Dios.
Por ejemplo, cuando yo tuve un dolor muy grande, uno de los peores dolores que sentí fue perder la oportunidad de criar a dos niños, yo estaba intentando adoptarlas, y no me concedieron el permiso de adoptarlas, por varios motivos.
Y en aquel momento, en mi íntimo, yo pensaba que, por el hecho de que yo servía a Dios, Él iba a hacer todas mis voluntades, pero allí, no fue hecha mi voluntad, Él me contrarió, no hizo aquello que yo quería. Dios no me dio los niños, no obtuve la guardia de ellas, no conseguí la adopción, entonces, obviamente que no pude quedarme con ellas.
Yo estaba en la iglesia, ya era casada, esposa de Pastor, y en aquel momento, me acuerdo como si fuese hoy, nunca me había sentido así, cuando yo perdí, cuando no había más opción, yo pensaba que Dios iba a sustituirlos para sacarme aquel dolor, pero Dios no los sustituyo.
Con esta perdida, Dios quería que yo entendiera y aprendiera a servirlo. Que yo aprendiese que no era por el hecho de que yo había nacido con una enfermedad, paladar hendido y labio leporino, que las cosas iban a ser siempre para mí, que todo el mundo me entendería y que yo era la víctima. Entonces, hubo momentos en mi vida que Dios no lo hizo a mi manera.
¿Y cuál era la voluntad de Dios? Era que aprendiese a servirlo, independientemente de aquello que tenía o no. Y gracias a Dios Él me hizo ver Su Voluntad.
Y esa decisión fue algo justo, porque fue el Señor Jesús que me compro, Él me sacó de las tinieblas, fue Él y nadie más.
Tal vez tengas un enojo dentro tuyo porque Dios no hizo tu voluntad, y hay tú piensas que el problema está en Dios y quedas enojado haciendo berrinche, como yo estaba haciendo. Pero cuando yo reconocí y cambie mi meta, yo pase a hacer lo que era justo, dar a quien pertenece toda la honra y gloria, independientemente de aquello que sucedió o dejo de suceder.
Solo cuando yo perdí fue que yo entendí lo que era la voluntad de Dios. La voluntad de Dios no es yo hacer mi voluntad, pero hacer la voluntad de Él. Y la voluntad de Dios es mayor que la mía y mucho mejor que la mía. Mi voluntad termina en mí, la voluntad de Dios termina en relacionarse con Dios. ¡Mira qué lindo!
Observa lo que habla:
«Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre hicimos muchos milagros?”. Y entonces les declararé: Jamás os conocí; apartaos de Mí, los que practicáis la iniquidad». Mateo 7:22-23
Entonces, las personas se basan en aquello que ellas hacen. Pero Jesús no conoce a quien practica iniquidad. Y la iniquidad es todo aquello que es contrario a la justicia.
Y lo justo es que nada ni nadie me separe, me aleje de Dios.
Cuando no haces la voluntad de Dios, tú practicas la iniquidad.
Porque la persona no se hace conocer por Dios, si ella no reconoce sus fallas. Jesús no te conoce de forma artificial, Él quiere verte de forma espontánea, natural, original y no en la defensiva.
Observa que en este pasaje, ellos no hablan de sus errores, ellos hablaron de lo que hacían en la obra de Dios, pero lo que Jesús mira es quién eres tú.
Si eres una persona injusta, eso cuenta con Dios, porque estás contrariando la voluntad de Dios.
Obsérvate a ti mismo, ¿Será que has hablado para Dios lo que has sido en realidad? ¿Él ha sido tu Señor?
¡Solo tú puedes responder a eso!
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