Ep. 16 Fe que sorprende

Aquí en este mundo, en nuestro reino, tener mucha fe sería, por ejemplo, caminar en procesión, permanecer de rodillas todo el día en la iglesia, pero para el Señor Jesús es diferente, para Él lo que importa es lo que esta escrito en la Palabra de Dios.

Mira que interesante lo que pasó:

«Y cuando entró Jesús en Capernaúm se le acercó un centurión suplicándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, sufriendo mucho. Y Jesús le dijo: Yo iré y lo sanaré. Pero el centurión respondió y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; más solamente di la palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también soy hombre bajo autoridad, con soldados a mis órdenes; y digo a este: “Ve”, y va; y al otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló y dijo a los que le seguían: En verdad os digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande». Mateo 8:5-10

Este hombre era un centurión, dirigía una tropa de élite, pero sabía que era un pecador y reconoció la autoridad del Señor Jesús, por eso le rogó por su siervo.

De repente, eres el tipo de persona que incluso tiene autoridad en tu trabajo, como padre, como madre, como empleado, pero cuando vas a Jesús, no ves la autoridad que Él tiene. Si Él dice solo una palabra, resolverá todos tus problemas, pero tú no lo ves así.

Quieres que el pastor te ponga la mano en la cabeza, que tu esposa ayune, en fin, quieres muchas cosas, y no dependes de una sola palabra de Dios.

Pero este centurión razonó y vio que Jesús tenía autoridad tanto para sanar como para enseñar.

Esta es una creencia que no hay que tocar, que no hay que ver, pero que se basa en quién es Jesús, el Hijo de Dios.

¡Eso es lo que es la fe inteligente! Se trata de creer en Quién es Dios y no tener dudas. ¡Y eso es lo que Dios espera de nosotros! Pero esa es tu elección, depende de ti creer o desconfiar. Cuando desconfías es porque tienes malos ojos hacia Dios, te quedas con lo malo, no vas a Dios definido.

¡Deshazte de todo mal y ejercita la fe, porque puedes! ¡Puedes ejercer una fe inteligente!

Reflexiona, Dios te conoce, sabe quién eres, sabe lo que necesitas, solo una palabra suya revolucionará tu vida.