Ep. 11  ¿Lo que miras, es lo más importante?

Ep. 11 ¿Lo que miras, es lo más importante?

Sabes bien que en el reino de este mundo, somos muy inclinados a lo que vemos, por ejemplo, observamos la apariencia de las personas, las pertenencias, la postura, como ella habla… tus ojos ven, y por causa de eso, damos importancia o no.

Entonces, cuando se trata de tu reino, de tu vida, de aquello que miras y llama tu atención, te incomoda, te hace codiciar, desear, buscar, entristecerte, es porque le estás dando importancia.

Vamos a entender eso de una forma bien clara, Jesús dijo así:

«porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!» Mateo 6:21-23

Cuando se habla de tesoro, miramos, sufrimos, defendemos aquel tesoro, porque nos importamos, y así lo protegemos.

Cualquier cosa que tiene valor para ti, te hace tener esos impulsos naturales, porque hiciste de ello tu tesoro, puede ser una persona, el deseo de casarte, de tener conquistas, diplomas, tú miras para ello y lo deseas.

Los ojos revelan lo que nosotros anhelamos. Entonces, imagina, cuando miras a una persona y la discriminas, porque ella no sabe hablar, no sabe arreglarse, no sabe comportarse, porque la persona es rica, pobre, y tú la miras, tal vez con intención de alcanzar beneficios con ella.

Observa que la lámpara del cuerpo son los ojos, por eso si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo será luz, pero si tus ojos son malos, con intención de obtener mucho dinero y sacar ventaja de alguien, de juzgar, la Biblia habla que todo tu cuerpo será tinieblas.

Observa bien lo que has valorado en tu día a día, aquello que normalmente te quedas triste, aquello que te deja preocupado, acelerado, angustiado.

Siempre debemos estar observando nuestros ojos, aquello que juzgamos, deseamos, cuidamos, nos inclinamos, porque es para eso a lo que yo estoy dirigiendo mi alma.

«… Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!» Mateo 6:22

¿Pero cuándo fue, que viste tu cuerpo en tinieblas? ¿Cuándo viste el mal? Yo ya lo vi en mí y lo vi en las personas. Cuando yo miro para algo que es mío, un deseo, un querer mío, estoy priorizando eso, y quedo enojada, ansiosa, empeñada en eso, quedo mal… y ya paso eso, yo tuve que observar a mis ojos, ellos me mostraron para donde estoy llevando a mi alma, a quien estoy sirviendo. Aparentemente, yo sirvo a Dios, pero de forma sutil, aquella preocupación es mayor que la preocupación en relación con Dios, ¡mira eso!

Entonces, aquello comienza a atormentar mi vida, te voy a dar un ejemplo en donde te vas a identificar mejor: Tienes un familiar, una persona que tú quieres que cambie, y te quedas irritada, le llamas la atención, hablas, insistes, oras, te quedas preocupado, o sea, tus ojos están mostrando tu postura, pues tus ojos están viviendo esto como prioridad. Dejaste de preocuparte en servir a Dios, para ser servido.

¡Listo! A partir de allí comienzas a sentirte muy mal, tu cuerpo pasa a tener tinieblas, no es solo los malos ojos hacia las otras personas, porque Jesús habla que donde estuviere nuestro tesoro, allí también estará nuestro corazón, entonces, aquello a lo que yo estoy mirando, lo estoy priorizando, está queriendo decir que mi corazón está colocando a aquello como más importante.

¡Es algo tan sutil… antes estabas por buen camino, pero de repente vino un problema, una situación, y empezaste a mirar para eso, a servir a aquello, suficiente! ¿Tu cuerpo comienza a estar tenso, tú empiezas a quedar triste, ansioso y porque? Porque tus ojos están mirando para aquello.

¿Ayer, estaba leyendo en Génesis, cuando Él creó todo, y El habla «Y Vio que era bueno»… y que es lo que era bueno? ¡Cuando Dios hizo, cuando Dios dio!, antes había tinieblas, era todo sin forma y vacío, pero Dios dio, y es eso que hace a los ojos ser buenos, que tú des. ¡piensa en eso!

¿Será que tú estás dando para ti o para Dios? Porque si das para ti mismo, solo estás enfocado en tu egoísmo, pero cuando das para Dios, das para Aquel que te creo, Aquel que sabe lo que es mejor para ti, haces todo para Honrar a Aquel que te amo antes de que tú Lo amaras.


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