Ep.89 – ¿A quién ve Dios?

Ep.89 – ¿A quién ve Dios?

¿Acaso Dios te ve? ¿Piensas que, en medio de tanta gente, no serás observado? ¿Que a Dios no le importa? Eso es lo que piensas, pero veamos lo que Jesús dice en las Escrituras:

«Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.» Lucas 13:10-11

Esa mujer estaba allí en la sinagoga, ¿y por qué Jesús la vio? ¿No había otras personas también con problemas en la familia o incluso de enfermedad?

Cuando una persona enfrenta un problema durante muchos años, tiene dos maneras de actuar: o se acostumbra o enfrenta ese problema. Y esa mujer enfrentó yendo a la sinagoga, ella andaba encorvada, ya tenía ese problema desde hacía 18 años, solo que hay un punto en la vida de una persona en el que se cansa de tolerar ciertos problemas.

Y no va a la iglesia de la misma manera en que siempre lo hace, ¡no! Ella toma una decisión, va decidida y ¿quién ve eso? ¡Dios ve!

Dios vio a esa mujer, Él vio que llevaba 18 años encorvada, que tampoco podía enderezarse, y que tenía un espíritu de enfermedad en su cuerpo, un demonio.

Quizás tú tienes un problema de enfermedad, llevas años enfrentando ese problema, pero Jesús te llama a Él.

Y cuando Jesús llama, no es para que la persona se quede en casa sin hacer nada, sino para ir decidida, para buscar a Dios, porque ya no aguanta más el sufrimiento que carga.

Y quizás tú estés en esa situación, viviendo frustrado, perdiendo, sin condiciones, comiendo de las migajas, pero Jesús te está viendo y quiere hacer algo contigo, pero ¿estás hablando el idioma que Él habla, que es la Fe? Porque cuando tú vas decidido a la Casa de Dios, vas con sinceridad, y no de forma religiosa, y eso fue lo que hizo esa mujer y Dios vino a su encuentro.

La Palabra de Dios nos enseña, nos estimula a valorar aquello que es de nuestro derecho hacer. Es nuestro derecho buscar a Dios de forma sincera, exponer, derramarnos ante Dios de forma sincera.

Por eso, tienes que asumir la responsabilidad de usar tu fe, porque Jesús te llama a ti que estás en una situación gravísima, de enfermedad, de problemas, para liberarte de aquello que te está esclavizando.

«Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad.» Lucas 13:12

Lo que glorifica a Dios no es ser religioso, no es cumplir con deberes, sino que glorificas a Dios cuando usas tu fe, porque ahí sí tienes contacto con Dios. Él te libera, te hace libre de aquello que te aprisiona y verás al Dios Vivo que te llama, que te valora más de lo que imaginas.

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