191 – Dios aparece con Su Fuerza – [SERIE – ¿QUIÉN ES DIOS?]

¿Quieres que Dios se te aparezca en tu vida y te bendiga?

¿Qué tienes que hacer para que eso suceda? Tienes que obedecer a Dios, a Su Voz.

Quien nunca obedeció no puede testificar que Dios existe. Puede hablar de un Dios que ha oído mencionar, pero no puede ser testigo de Dios, porque no obedeció, no creyó, no se sometió a la Voz de Dios.

Jacob había luchado con el ángel, quien cambió su nombre, y después de eso venció la situación con el hermano que lo odiaba, hicieron las paces, todo salió bien en su camino, estaba muy feliz. Sin embargo, esa bendición, ese cambio de nombre, de Jacob a Israel, no fue lo que él tomó sobre sí. Continuó siendo el mismo.

Es tanto así que se detuvo frente a una ciudad llamada Siquem, y ahí ocurrió el desastre en su familia. Su hija fue a la ciudad, y allí fue abusada por el príncipe, que luego quiso casarse con ella. Pero sus hermanos no lo aceptaron, y para vengarse, engañaron al príncipe y simularon un acuerdo, en el que todos los hombres debían ser circuncidados, para entonces formar parte de la familia de Jacob.

Sin embargo, en realidad aquel acuerdo era traicionero, porque en el tercer día de la circuncisión, el día más doloroso, esos hermanos entraron y mataron a todos los hombres de esa ciudad. Y Jacob estaba en esa situación, su hija había perdido la virginidad de una manera horrenda y ahora sus hijos se habían vengado. Estaba allí frustrado, no tenía ninguna actitud, no había asumido su nombre de Israel.

Pero cuando Dios le habló, para que regresara a Betel, así lo hizo, obedeció, y no solo volvió, sino que hizo algo mucho más allá de lo que Dios le había dicho, ordenó a toda su familia que removiera los ídolos que llevaban, porque Jacob sabía que no podía volver a Betel de esa manera. Y cuando se deshicieron de los ídolos, cambiaron sus vestiduras, entonces, Dios se apareció a Jacob.

Dios aparece con Su fuerza, no cuando te sientes frustrado, desanimado, dependiendo de las circunstancias, sino cuando tienes dominio.

«Y Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando volvió de Padán-aram, y lo bendijo. Y Dios le dijo: Tu nombre es Jacob; no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel. Y le puso el nombre de Israel.» Génesis 35:9-10

Es decir, Dios le recordó que su nombre había sido cambiado, pero él seguía actuando como Jacob. Sin embargo, por haber obedecido a Dios, por haber tomado actitud, Israel será tu nombre.

«Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate; una nación y multitud de naciones vendrán de ti, y reyes saldrán de tus lomos.» Génesis 36:11

Pero si Jacob ya tenía tantos hijos, ¿de qué estaba hablando Dios?

Dios hablaba de esa decisión que tomó, del impulso de obedecer, del dominio que empezó a tener sobre la situación, para luego fructificar y multiplicar.

Es decir, «no te quedes solo en eso, continúa, avanza, porque entonces será una multitud de naciones la que saldrá de ti. Con ese espíritu, con esa vida que das.»

¡Dios es Aquel que ve tu actitud de obedecer o no!