Ep.67 – Pan diario

Aquí en este mundo, tenemos tantas necesidades, ¿no es verdad?

Tenemos la necesidad de ser amados, cuidados, protegidos, de tener nuestro pan de cada día… y muchas veces, nos falta hasta esa palabra amiga o esa palabra de fe, en el momento más crucial de nuestra vida.

Entonces Jesús enseñó a Sus discípulos a hacer Su oración, a orar el Padre Nuestro.

Normalmente, cuando estamos enfrentando nuestros problemas, no miramos al Padre, no miramos hacia arriba, no miramos a Dios, sino que miramos los detalles, las cosas que están sucediendo ante nuestra vista.

Entonces, cuando comenzamos a hablar con Dios, es necesario elevar nuestros pensamientos hacia Él, que es Padre:

«Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea Tu Nombre…» Lucas 11:2

No quiero ser una vergüenza, no quiero que el Nombre de Dios sea difamado por mis errores, quiero saber cómo manejar mi fe, quiero santificar, dejar en evidencia que Dios existe a través de mi vida.

«…venga Tu Reino…» Lucas 11:2

El Reino de Dios está unido a Su voluntad, a Su mando.

Por eso necesitamos hacer esta oración, esta petición a Dios todos los días, porque nuestra inclinación es no elevar nuestros pensamientos a Dios, sino incluso avergonzar el Nombre de Dios por lo que sentimos, porque queremos que prevalezca nuestra voluntad, nuestro reino.

Entonces, cuando hagas esta oración, hazlo consciente de lo que estás diciendo, haz que estas palabras sean verdaderas, que realmente salgan desde tu interior, y no palabras repetitivas.

«..hágase Tu voluntad, así en la tierra, como en el cielo.» Lucas 11:2

La Voluntad de Dios solo sucede cuando permitimos que se haga en nuestra vida. Si queremos que prevalezca nuestra voluntad, Dios no va a imponer la Suya.

Así que cuando haces esta petición a Dios, le estás diciendo: «Mira, Padre mío, quiero Tu Voluntad. Mi voluntad son ciertas cosas que no sé si son buenas, pero Tu Voluntad es garantizada, y necesito de Tu Voluntad, necesito de Tu Reino, que Tu Nombre sea santificado».

«Danos hoy el pan nuestro de cada día.» Lucas 11:3

¿Qué significa este pan?

El pan representa nuestra necesidad, y cuando pedimos el pan cotidiano, estamos viviendo el hoy, no estamos mirando hacia el mañana. Estamos pidiendo que Dios nos sustente con este pan que nos da fuerza, nos da disposición, nos da ánimo, nos da fuerza para perdonar. Además, Dios no va a perdonar por ti, tú tienes que perdonar. Dios no va a hacer las cosas que tienes que hacer.

Y este pan cotidiano también se relaciona con la Palabra de Dios, lo que Dios quiere que entiendas, porque todos los días tenemos necesidades y necesitamos de ese pan que viene de Dios, que nos sacia y no nos deja ser arrastrados por los problemas, sino que nos hace constantes en la fe, equilibrados, perseverantes, con buenos ojos, benignos.

Hablar con Dios es una necesidad diaria que todos tenemos.

Cada vez que estés en una encrucijada, es decir, en un problema, una situación, una dificultad, una tristeza, algo que te está molestando, compártelo con Dios, porque Él es Padre, quiere que cuentes con Él. Dios quiere que tú lo mires y dependas de Él. Dios quiere que lo incluyas en tu vida.

Imagina a un padre tener un hijo, y él vivir su vida a su antojo, sin compartir nada con él, ¿cómo crees que se sentiría ese padre?

Es importante que seas hijo de Dios, porque mientras no seas hijo de Dios, estarás nadando, nadando y nadando, y morirás en medio del mar. Es necesario ser hijo de Dios para que seas completo.

Dios creó al ser humano para relacionarse con Él, aprende a acercarte a Dios, compartiendo con Él todo lo que te está sucediendo.