Ep.61 – La cura hace llegar el Reino

Ep.61 – La cura hace llegar el Reino

¿Cuántas veces una persona va a la iglesia, asiste a una reunión y sigue enfrentando el mismo problema de siempre? Llega y sale de la iglesia de la misma manera, ¿y por qué pasa esto? Porque, a veces, la persona va a la iglesia, habla con Dios, pero no cree. Piensa que, simplemente, por la compasión de Dios, Él va a atender su oración, pero ella no cree.

Estaba hablando con una persona y me dijo que eso era exactamente lo que le estaba pasando. Ella manifestaba un espíritu maligno en la reunión y me decía: «Ya no aguanto más esto, ¿qué hago?»

Y yo le hablé, muy indignada: «No sé que es lo que te esta faltando en tu vida, observa si tienes algún rencor, alguna herida, algún sentimiento…»

Porque nosotros que servimos a Dios no tenemos una bola de cristal para ver todos los problemas de una persona; si no dice lo que le está pasando y solo trae el problema en sí, no hay forma de saberlo. Pero le hablé sobre lo que tendría que hacer, y lo hice indignada, no contra ella, sino por la situación que estaba viviendo.

Y en ese momento le pregunté: «¿Estás escuchando cómo te estoy hablando?»

Ella me respondió: «Sí».

Y le dije: «¿Sabes por qué no estoy conforme? ¡Porque creo!»

Y luego le expliqué: «Mira, Dios es el Dios que escucha nuestra oración, escucha lo que le decimos, atiende a cualquier persona, no necesitas ser perfecta. Él responde cuando ejercitas la fe. Ahora, si dices: ‘Oh Dios, cambia esta situación’, pero no hay fe, sin una indignación contra el mal, entonces es porque no crees, solo estás esperando un milagro de Dios. Habla con Dios, habla de tu situación».

Jesús les dijo a los discípulos que iban para las aldeas:

«sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.» Lucas 10:9

Es decir, la persona está ahí atada, enferma, presa por un dolor, por algo que la perturba, y tú vas a liberarla de ese mal, de esa mentira que ha aceptado vivir. Y eso fue lo que pasó, y ella traerá el resultado, ¿sabes por qué? Porque es la Palabra de Dios, no es mi palabra, no es la iglesia, es la Palabra de Dios la que trae a la existencia lo que no existe.

Si Jesús dijo: «Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados», entonces, si tienes un mal, si estás siendo perturbado por un espíritu maligno, y entras y sales de la iglesia con el mismo problema, es porque no has manifestado la fe, estás buscando un milagro, ¡pero no es así!

Las cosas de Dios deben ser algo realmente verdadero. Cuando manifiesto la fe, cuando me indigna algo que creo y que está sucediendo lo opuesto en mi vida, eso muestra que hay una creencia.

Entonces, en el caso de esta persona que atendí, salió sonriente, sabiendo lo que tenía que hacer, y la Palabra de Dios trae la cura de la enfermedad que nos paraliza.

Por eso Jesús dijo: «Sanen a los enfermos», es decir, es nuestra responsabilidad quitar el peso, quitar lo que está atando a esa persona. Y quien recibe, para este ha llegado el Reino de Dios.

La razón por la cual estás atado es porque no has creído, porque cuando hay una creencia, hay cura.

Cura de lo que te está atando. Y cuando hay cura, llega hasta ti el Reino de Dios, es decir, llega la paz, la alegría, la fuerza, la manera de ver las cosas de forma diferente, entonces, no hay motivo para seguir viviendo de la misma manera, cuando manifiestas la fe en Dios.

Sé racional, observa lo que has estado haciendo con tu fe en relación a Dios, porque no es coherente ir a la iglesia y seguir enfermo. A veces, no es una enfermedad física, sino espiritual, con ese síntoma de siempre ver el lado negativo de las cosas, de que las cosas no salen bien por culpa de las personas, de las cosas que no están a tu favor. ¡No! ¡La fe en Dios nos cura!

Si hay algo que no estás alcanzando con Dios es porque no estás manifestando la fe.

Quizás has sido religioso, oras, cantas, das el diezmo, das tu ofrenda, vas a la iglesia, ayudas a los demás, pero todo eso sin fe.

El Reino de Dios sana a la persona para que pueda avanzar en la vida, desarrollarse con Dios, es decir, ¿dónde está el resultado del Reino de Dios que ha llegado a ti? Si hay resultado, ¡tienes mucho de qué hablar y no es de hace años, tienes mucho de qué hablar sobre lo que Dios ha hecho en tu vida en el presente!

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*