Ep.60 – Seguir no es tener el control

Ep.60 – Seguir no es tener el control

Muchas personas saben que Jesús es maravilloso, que Él es el Dios que trae a la existencia lo que no existe, restaura familias, moldea nuestro carácter, y eso hace que la gente esté muy agradecida y quiera seguir a Jesús. Eso fue lo que le pasó a un hombre, mira:

«Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.» Lucas 9:57-58

Observa que la gente mira a Dios, al Señor Jesús y piensa así: «Ah, el Señor es Hijo de Dios, el Señor es Dios aquí en la tierra, y si lo sigo, todo será más fácil, no tendré que sacrificar nada…»

Pero Jesús dice, en otras palabras: «No tengo un hogar fijo, vine aquí para servir a mi Padre.»

Entonces esto, obviamente, no agrada a todo el mundo. Las personas que tienen fantasías sobre servir a Dios para sus propios intereses se asustan porque eso exige sacrificio.

«A otro dijo: Sígueme. Pero él dijo: Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre. Mas Él le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, ve y anuncia por todas partes el reino de Dios.» Lucas 9:59-60

A veces, piensas que estás haciendo todo lo que es la voluntad de Dios, pero cuando Dios te llama para un objetivo, tú tienes tus excusas. Pero mira que Jesús fue directo al grano, en otras palabras: «Mira, deja que los muertos entierren a sus muertos, sabes que tu padre ya no está allí, el cuerpo está, pero el alma fue llevada, sin embargo, tú ve y anuncia el Reino de Dios, porque, mientras estás allí velando a tu padre, que no está allí, eso en realidad no te da vida, sino que te hace como un muerto, porque estás cultivando algo que ya pasó, tu padre ya no está.»

No hay nada de malo en ir al entierro, pero si piensas bien, entre nosotros, te darás cuenta de que vas allí para sentir emoción y salir de allí triste, y no para hacer tu papel. En el caso de este hombre, que Jesús lo llamó a seguir, dio esa excusa.

¿Has estado dando excusas a Dios, diciendo que estás ocupado? Porque si quieres seguir a Jesús, si fuiste llamado a seguir a Jesús, no tendrás derecho a tener el control.

«¿Cómo así, Viviane? ¿Dios es malo?»

¡No! Pero seguir a Jesús implica poner tu foco en Él, y no en tu reino, no en lo que tú piensas.

Lo normal sería que ese hombre fuera y enterrara a su padre, pero Jesús estaba diciendo que debería anunciar el Reino de Dios a tantas personas que estaban muertas, aparentemente están vivas, pero están como muertos vivos.

Si anuncias el Reino de Dios, vas a aprovechar más el tiempo sirviendo, que quedándote sintiendo tus dolores.

Muchas personas dicen que quieren seguir a Jesús, pero en realidad, en el fondo, quieren seguir sus ideas, su punto de vista, a su manera. Quieren tener el control en lugar de seguir a Jesús.

«También otro dijo: Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa. Pero Jesús le dijo: Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.» Lucas 9:61-62

¡Mira qué fuerte esto! Porque la gente quiere lidiar con su mundo, pero Jesús aquí fue aún más profundo.

Sabes, me ha pasado, y lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en Portugal y yo tenía un problema de cansancio mental, y en todos los viajes que hacíamos me desgastaba mucho, mi cuerpo ya estaba muy cansado, y mi marido dijo: «¿Vamos para Oporto?» Y yo dije: «¡Vamos, vamos!», pero estaba cansada, muy cansada.

Y él dijo: «Mira, si no quieres, no necesitas ir, yo voy y vuelvo al día siguiente.» Porque él sabía de mi estado físico, pero yo dije: «No, voy contigo.» Sin embargo, dentro de mí, me decía: «Ay Dios mío, iba a hacer esto mañana, iba a organizar esta área aquí de mi casa, para recibir visitas, dejar todo en orden…»

Mira, estaba hablando dentro de mí, en mi pensamiento, y mientras tanto, estaba preparando la maleta, y en realidad, deseando ¿sabes qué? Quería seguir mis planes, aunque, físicamente, estuviera preparándome para viajar, poniendo la ropa en la maleta para ir, en realidad, dentro de mí, estaba decidiendo soñar mis sueños.

Pero el Espíritu Santo, que nos guía a toda la Verdad, me habló en ese momento, y me habló justo sobre este pasaje. Me hizo recordar estos versículos, que, sinceramente, ya había leído, pero en la práctica nunca había entendido, nunca había visto esta necesidad, ni que fallaba en esta parte, porque pensaba que siempre cumplía la voluntad de Dios.

Así que el Espíritu Santo me mostró, en ese momento, mi pensamiento, resumiendo todo: «Sí, hija mía, si deseas quedarte, no me estás siguiendo, no me estás sirviendo. Estás queriendo hacerlo a tu manera.»

Y nunca había visto eso en mi vida. ¡Dios mío! ¡Me quedé impactada!

Y así fue como Dios hizo, me liberé de esa mentira que estaba pensando, y dije: «¡Ahora voy a servir a Dios!» Estaba sirviendo a Dios en el altar aparentemente, pero cuando vino la idea de mi voluntad, estaba queriendo seguir mis ideales, mi plan, mi sueño, mi voluntad.

Y seguir a Jesús no es seguir tu voluntad, entiende eso.

Seguir a Jesús implica mirar hacia Él e ir a donde Él mande, a donde Él vaya.

Eso es lo que implica servir, seguir a Jesús.

Dejar un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*